MÉXICO. La cantante mexicana Melissa Plancarte, hija del recientemente abatido capo Enrique «Kike» Plancarte, reconoció este martes en una entrevista radiofónica que sabía que «en cualquier momento» matarían a su padre pero que aún así no estaba preparada.
«Me duele mucho lo de mi papá (…) porque sabíamos que iba a pasar en cualquier momento, pero ninguno estábamos preparados», dijo la cantante de música ranchera en una entrevista a la emisora Radio Fórmula.
«Kike» Plancarte, quien era uno de los dos principales jefes del cártel mexicano Los Caballeros Templarios, fue abatido el 31 de marzo en un enfrentamiento con militares.
Tras su muerte «regresé a estar un rato con mi papá», se limitó a decir la joven, que reside en Estados Unidos.
«Tenía muchas ganas de verlo, lamentablemente fue en estas circunstancias», afirmó la cantante, que asegura que la última vez que vio a su padre «todavía no sabía que andaba en eso» (del narcotráfico).
Melissa Plancarte tiene previsto emprender próximamente una gira por Estados Unidos y dijo que «quizás más adelante regrese a México».
La cantante, de larga cabellera rubia, ha sido blanco de críticas en redes sociales después de que se dijera que su último video fue grabado en una gran casa que pertenecía a su padre, lo cual ella niega.
«Es ahí donde vivíamos», dice la vocalista refiriéndose a su madre y a ella. «Mi papá nunca fue para allá», a esa casa situada en el municipio de Nueva Italia, de Michoacán (oeste).
En meses pasados circuló también una foto de la joven en la que aparece enfundada en un diminuto y ajustado vestido negro con una gran cruz roja en el frente, semejante a la que caracteriza a Los Caballeros Templarios, el cártel más poderoso de la convulsa Michoacán.
Entre su repertorio figura una canción que algunos consideran que está escrita en honor a Nazario Moreno «El Chayo», líder de Los Caballeros Templarios.
Moreno fue también abatido en marzo pasado por el operativo especial de fuerzas de seguridad desplegado por el presidente Enrique Peña Nieto para pacificar Michoacán.
AFP
