Por Ryland JAMES
MÚNICH. El patrón de la Fórmula 1 Bernie Ecclestone negó las acusaciones en su contra al inicio de su juicio por corrupción en Múnich (sur de Alemania), un caso que amenaza el reino de 40 años sobre del controvertido multimillonario británico.
«Tengo confianza, el sol brilla», indicó a los periodistas al entrar en la sala del tribunal un sonriente Ecclestone, de 83 años, vestido con un traje sobrio, corbata negra y camisa blanca.
«El señor Ecclestone niega las acusaciones», escribió su principal abogado, Sven Thomas, en un texto destinado a los jueces, hecho público tras el inicio del juicio. «La presunta corrupción no tuvo lugar».
El magnate es pasible de una pena de hasta 10 años por un presunto soborno de 44 millones de dólares en 2006 y 2007 al banquero alemán Gerhard Gribkowsky, quien trabajaba para el banco público Bayern LB, para poder cerrar la venta de los derechos de F1 al fondo de inversión CVC Capital Partners.
CVC compró entonces por 839 millones de dólares los derechos de la F1, hasta aquel momento en manos de Bayern LB.
Durante el juicio, la defensa indicó que Ecclestone comunicará únicamente a través de sus abogados. Sin embargo, responderá a los argumentos que podría presentar Gribkowsky en su contra, en una audiencia prevista el 9 de mayo.
Ecclestone llegó al tribunal a bordo de una limusina con vidrios oscuros que fue directamente al párking subterráneo para escapar a la nube de fotógrafos y de cámaras.
En su texto, los abogados de Ecclestone calificaron de «inexactas, mentirosas e imprecisas» las declaraciones de Gribkowsky en su juicio en junio 2012.
El multimillonario siempre ha clamado su inocencia y se ha negado a cerrar un trato que le hubiera evitado un juicio.
Afirma que fue víctima de un chantaje, pero Gribkowsky sostiene que se trataba de un soborno.
Gribkowsky fue condenado en junio de 2012 a ocho años y medio de cárcel por corrupción y fraude fiscal por no haber declarado los millones recibidos.
Durante el juicio del banquero, Ecclestone, convocado en calidad de testigo, admitió ese desembolso pero lo presentó como una forma de «precio del silencio» para que Gribkowsky no hiciera revelaciones comprometedoras sobre su patrimonio al fisco británico.
«Actualmente, el perdedor soy yo, porque la gente me denigra, sin saber realmente de qué se trata», declaró hace unos días Ecclestone en la televisión alemana ARD.
El juez Peter Noll, que preside el juicio de Ecclestone, es el mismo que condenó a Gribkowsky. Al leer la sentencia del banquero, el magistrado declaró que Ecclestone había «llevado al crimen» al condenado.
Para preparar mejor su defensa, el jefe de la F1 ha tomado distancia con la gestión de la competición. Tiene que acudir al tribunal de Múnich dos días por semana, pero el juicio se celebrará los miércoles y los jueves para que pueda seguir asistiendo a las carreras en todo el mundo. Las audiencias están previstas hasta mediados de septiembre.
El futuro de la Fórmula 1 podría así jugarse en Múnich.
«Si queda demostrado que Ecclestone es responsable de actos penalmente condenables, le echaremos», advirtió Donald Mackenzie, cofundador de CVC, ante la Alta Corte de Justicia británica el año pasado.
En una entrevista al diario económico Handelsblatt del miércoles, el director ejecutivo del equipo de Fórmula 1 de Mercedes avanzaba también que el juicio será seguido de cerca.
«Vamos a ver ahora lo que ocurre exactamente», declaró Toto Wolff. «Por supuesto, pensamos en el futuro de la F1, tenemos que hacerlo», añadió.
Antiguo piloto automóvil, Ecclestone compró en 1971 la escudería Brabham, fundada por Sir Jack, que consiguió dos títulos mundiales con el brasileño Nelson Piquet (1981, 1983). Las últimas estimaciones de su fortuna personal giran en torno a los 4.000 millones de euros.
Rey de la F1, es también una figura controvertida. En 2005, tuvo que disculparse por unos comentarios sexistas sobre las mujeres pilotos de Fórmula 1 y en 2009 calificó a Adolf Hitler de «eficaz».
AFP