Washington, DC. En el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) advirtió sobre los riesgos de la exposición a sustancias químicas cancerígenas en el lugar de trabajo y llamó a controlar o disminuir su exposición para reducir el cáncer en las Américas.
“Entre las enfermedades no transmisibles, el cáncer es la segunda causa de muerte en la región, y aunque el tabaco se reconoce como un factor de riesgo muy importante, la exposición ocupacional a sustancias químicas cancerígenas en el lugar de trabajo tendrían también un rol en el desarrollo de este tipo de enfermedades”, advirtió el director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS/OMS, Anselm Hennis.
La OMS estima que el cáncer atribuible a exposiciones ocupacionales varía entre 4 y 40% de la carga global de cáncer, y causa cerca de 200.000 muertes al año en el mundo. Asimismo, se estima que la exposición ocupacional al asbesto, la sílice y los humos metálicos son responsables de 9% del cáncer de pulmón, tráquea y bronquios.
Durante el seminario virtual Sustancias químicas, cáncer y trabajo, que tuvo lugar ayer organizado por la OPS/OMS, Hennis mencionó que si bien las exposiciones y las estimaciones para el cáncer ocupacional pueden variar de un país a otro, se observan como un problema de salud pública.
Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la OMS, existen más de 160 sustancias cancerígenas en humanos, muchas de las cuales están presentes en los lugares de trabajo de la región.
La IARC ha identificado al menos 15 carcinógenos pulmonares para los cuales la exposición en el lugar de trabajo resulta ser fundamental para la carga de la enfermedad, además de un grupo de «circunstancias de exposición» ocupacionales, tales como la pintura y la producción de caucho, que también indican mayores riesgos de cáncer.
El jefe de la Unidad Especial de Desarrollo Sostenible y Equidad en Salud de la OPS/OMS, Luis Augusto Galvão, indicó que además de los riesgos que representan para la salud de los trabajadores, las sustancias químicas tienen impacto en todos los espacios de la vida, afectando a las personas en su ambiente doméstico y en el ambiente general. En ese sentido, consideró que “las políticas de prevención y control deben ser integrales, es decir, se deben llevar adelante acciones conjuntas a nivel ocupacional y ambiental”.
“Es necesario desarrollar campañas de sensibilización sobre los riesgos ocupacionales y realizar planes de prevención del cáncer ocupacional en todos los sectores económicos en los que haya exposición a sustancias químicas cancerígenas”, manifestó la asesora regional en Salud de los Trabajadores de la OPS/OMS, Julietta Rodríguez Guzmán. “Lo ideal sería tener empresas saludables libres de sustancias cancerígenas y plenas de bienestar y salud para las y los trabajadores”, opinó.
El seminario, en el que participaron además expertos de instituciones y centros especializados en salud ocupacional de las Américas, se enmarcó en el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (28 de abril), declarado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y al que se unió la OPS/OMS. El tema este año fue La seguridad y la salud en el uso de productos químicos en el trabajo.
Disertaron también, el director del Centro de Investigación sobre el Cáncer Ocupacional de la Agencia de Cuidado del cáncer en Ontario, Paul Demers; el presidente del Consejo Latinoamericano de Higiene y Seguridad, José Carlos Espino; la líder el Equipo de Cáncer Ocupacional en el Instituto Nacional del Cáncer (INC) de Colombia, Maria Teresa Espinosa Restrepo; y Melisssa McDiarmid, directora de la División de Medicina Ocupacional y Ambiental de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, un centro colaborador de la OPS/OMS.
“El cáncer ocupacional es prevenible”, aseveró Demers y expuso algunas de las acciones de prevención que se pueden hacer, desde la higiene, como la eliminación o la sustitución del uso de tóxicos, la prohibición de ciertas sustancias químicas, cambios en la utilización de equipos y en las reglas en el lugar de trabajo sobre cuándo y cómo realizar el trabajo, y acerca del limitado uso de equipos de protección personal como máscaras y guantes.
A su turno, Espino sostuvo que existe una falta de estandarización, de procedimientos y de datos sobre las sustancias cancerígenas en América Latina, y Restrepo consideró que “debe existir un trabajo conjunto entre todos los miniterios de un país, y también con aseguradoras laborales, ONG y otros actores, con el fin reducir la exposición a agentes cancerígenos, pero también a las patologías no carcinogénicas relacionadas con estos agentes”. Restrepo presentó, además, el Manual de Agentes Carcinógenos de Colombia.
McDiarmid centró su presentación en los riesgos que existen en la atención de la salud, específicamente en el manejo de sustancias anticancerígenas que son toxicas. Presentó la monografía realizada por un grupo de expertos y recién publicada por la OPS, que trata sobre el Manejo seguro de las drogas peligrosas antineoplásicas en entornos de recursos limitados. El material servirá para orientar las actividades preventivas de salud y seguridad ocupacional en las instituciones de salud que manejen este tipo de medicamentos.
También participaron de la actividad la asesora regional en Epidemiología Ambiental de la OPS/OMS, Agnes Soares, y la asesora regional para la prevención y el control del cáncer de la OPS/OMS, Silvana Luciani.