Según un estudio inglés, quienes tienen mayor distancia entre los huesos de la cadera podrían llevar una vida sexual más activa y variada. El motivo se atribuye a que estas mujeres sienten menos temor “genético” de sufrir lesiones en el caso de un eventual parto.
Las mujeres de caderas anchas parecen estar bajo la lupa: hace un tiempo, un estudio de la Universidad de Pittsburgh halló que son más inteligentes gracias a los depósitos de grasa que favorecerían el desarrollo del cerebro. Una nueva investigación se dedicó a buscar un nexo entre el ancho de las caderas y el tipo de vida sexual.
Según explica Colin Hendrie, profesor de etología humana y animal de la Universidad inglesa de Leeds, hay una dilema obstétrico que sostiene que desde que el ser humano comenzó a andar erguido, mejoró su forma de trasladarse pero “sacrificó” la facilidad de dar a luz que tenía al andar agazapado o en cuatro patas. También sugiere que las mujeres de caderas angostas saben que les resulta más peligroso dar a luz y no así las de caderas anchas, por eso tienen un comportamiento social, y sexual, más relajado.
Para comprobar qué hay de cierto en esta última suposición, Hendrie y sus colegas reclutaron un grupo de mujeres de la universidad, de entre 18 y 26 años. Se midió la distancia entre las crestas ilíacas, que son las protuberancias óseas de las caderas.
Las voluntarias también tuvieron que llenar un cuestionario anónimo – aprobado previamente por el comité de ética de la Universidad – donde daban detalles de su vida sexual, como la edad de la primera relación sexual, cantidad de compañeros sexuales durante toda su vida y número de encuentros de una sola noche, entre otros datos.
De la información recabada, publicada en la edición de abril del journal Archivos de Comportamiento Sexual, los investigadores concluyeron que las mujeres con caderas más anchas (más de 14” o 36 cm entre hueso y hueso ilíaco) tuvieron la misma cantidad de encuentros sexuales que las de cadera angostas. Pero entre ellos hubo más “de una sola noche”.
Esta teoría dejaría de lado otras que sostienen que son los hombres los que eligen a sus compañeras por encontrarlas más atractivas si tienen caderas anchas y cintura pequeña. Según lo hallado en Leeds, serían las mujeres quienes controlan su conducta sexual según sientan más o menos riesgos al dar a luz.
Sn embargo, Holly Dunsworth, profesora de antropología de la Universidad de Rhode Island no está de acuerdo con lo enunciado por el equipo inglés. Según explicó a Live Science, la distancia entre las crestas ilíacas no indica el tamaño del canal de parto o la apertura interna de la pelvis. Además, estas medidas se van modificando con la edad, y como última observación, aclaró que la conducta sexual de la mujer varía con la edad y sus vivencias, y no con su morfología ósea.
Fuente Holadoctor.com