En tiempos donde todo es consultado a Google, el buscador más popular del mundo se ha encargado de recopilar las búsquedas más extrañas que ha debido realizar.
Éstas incluyen a asesinos intentando conocer las claves del crimen perfecto, a enamorados en busca de consuelo por un desamor, y a personas curiosas por descubrir qué hay después de la muerte. Todos estos casos forman parte del universo Google.
Aquí te acercamos algunas de las inquietudes más extrañas –y a veces graciosas– registradas por el sitio. ¿Dios es celoso? Las cuestiones religiosas son, sin duda, de la más íntima privacía de los seres humanos. Hay quienes manifiestan especial devoción a sus dioses, llegando al punto de preocuparse de qué pensarán éstos acerca de ellos. Entre las búsquedas más extrañas, Google registró la de sujetos que se preguntan si Dios es celoso. ¿Temerán severos castigos si comparten su interés con otras cuestiones no divinas?
Me gusta comer cemento «Sobre gustos no hay nada escrito», reza el dicho, y parece que así es para los usuarios de Google. Desde aquí no juzgaremos a quienes aderezan su carne con mermelada, pero creemos que es nuestra obligación alertar acerca de aquellos que gustan de alimentarse a base de cemento. Si bien no conocemos a nadie que lo haya hecho –y sobrevivido en el intento–, tenemos certezas de que al menos alguna persona lo pensó y lo consultó a Google.
¿Por qué me casé? Arrepentirse de las decisiones no es algo novedoso para nadie, pero indagar las razones del fracaso en la web llama bastante la atención. Quizá sea por los tiempos modernos que se viven, por la inmediatez de la información o, simplemente, por pereza, que ya ni se intenta buscar dentro de cada uno los motivos. De cualquier modo, entre las búsquedas más alocadas, Google registra las de esposos desesperados por deshacer la unión eterna buceando en las razones de una sencilla cuestión: ¿Por qué me casé?
¿Cómo puedo ganar la lotería? Hay ocasiones en las que la gente puede ser muy ingenua. Google sabe de eso, especialmente cuando le consultan qué debe hacer uno para ganarse la lotería. Si esto fuese tan sencillo, en primer lugar, no habría tantos juegos de azar regalando millonarios premios, y en segundo lugar, absolutamente todo el mundo conocería al menos una forma de hacerse de una fortuna de la noche a la mañana. Sin embargo, todavía existen los ilusionados que creen que Internet les resolverá sus problemas financieros.
Corazones rotos Toda ruptura de relación conlleva una posterior meditación acerca de las razones que llevaron al fracaso. Nuevamente, hay quienes no hallan los motivos, o prefieren que otros los piensen por ellos… Y cuando decimos «otros», nos referimos a Google, el siempre presente buscador, quien al parecer no sólo es consultado para resolver tareas escolares, sino también para cuestiones de amor. ¿Sabrá Google por qué las parejas les ponen punto final a sus relaciones?
El asesinato perfecto ¿Cómo esconder un cadáver?: Aunque parezca dificil de creer, existen aquellos que han acudido a Google para intentar llevar a cabo el crimen perfecto. Desconocemos si el buscador pudo brindarles respuestas favorables, o si los hizo recapacitar antes de cometer el crimen. De cualquier modo, parecería que el avance de la tecnología no deja de lado ni a los asesinos, que acuden a ella para mantenerse al tanto de las últimas técnicas.
¿Por qué se sufre con amores no correspondidos? Nuevamente, Google parece convertirse en un amigo que siempre está, que nunca nos abandonará. En ese compañero en quien podemos confiar hasta cuestiones relacionadas con el amor. El buscador registró al menos a un corazón roto preguntándose acerca de las razones de tanto sufrimiento. Porque Google siempre está cuando lo necesitamos. Futuro esposo ¿Con quién me voy a casar? Aunque parezca desesperado, hay que creerlo. Existió la persona que le preguntó a Google quién sería su futuro esposo. Entendemos que la soledad es uno de los peores males del ser humano –que es un ser social–, pero de la despeseración a la vergüenza ajena hay un solo paso. Es preciso entender que hay cuestiones del corazón que no responden a la racionalidad de un buscador de Internet. Mejor dejar que la vida nos sorprenda, porque si buceamos en el destino puede que encontremos algo feo.
Creo que soy Dios Hay casos donde la humanidad debería agradecer que algunas consultas lleguen antes a Google que a otras personas. Es el caso de aquellos que creen ser Dios y acuden al buscador para aclarar sus dudas. Estos sujetos –dignos de tratamientos psiquiátricos– pasarían momentos de vergüenza, burlas y papelones si intentasen descifrar sus problemas fuera del ciberespacio. Desde aquí, lo único que esperamos es que Google los haya convencido que no son Dios.
El origen de los almohadones Sospechamos que quien acudió a Google para resolver esta cuestión lo hizo tras una mala noche de insomnio. Al parecer, contar ovejas o pensar en la vestimenta del día siguiente no fue suficiente para conciliar el sueño. De ahí que la persona terminara por indagar sobre los orígenes de lo que nos rodea. Lo que no sabemos es si acudió durante la noche a la computadora para despejar su duda, o si finalmente pudo dormir y aclaró esta cuestión la mañana siguiente.
¿Cómo es el Cielo? Tentados con la posibilidad de llevar a cabo algún pecado, pero con miedo de terminar en el Infierno, algunos usuarios del buscador quisieron saber cómo era el Cielo, a fin de evaluar si valía la pena resistirse a las picardías. Nuevamente, los cibernautas impacientes acuden a Google para develar el futuro, esperando encontrarse en este caso con algún ser humano que haya vuelto de la muerte para contarnos de qué trata eso. ¿Cómo es el Infierno? Parece que a los usuarios de la web no sólo les inquieta lo que sucede en el Cielo. También acudieron a Google quienes creen que su destino será el Infierno, curiosos por descubrir este lugar, a fin de hacer más placentera su estadía. Si la respuesta que hallaron es un tanto traumática, quizás opten por arrepentirse de sus pecados y comiencen a intentar lograr un lugar en el Cielo.
Quiero ser feliz Los cibernautas que le preguntan a Google cómo ser felices no conocen el principio filosófico que asegura que la felicidad no se alcanza jamás. Como si existiese una lista con objetivos a tachar para llegar a la meta, bucean entre los diferentes resultados que arroja el buscador, intentando dar con un imposible. Porque la felicidad, queridos usuarios de Internet, no es algo que se pueda individualizar.
La nacionalidad de Dios El patriotismo también está presente en las búsquedas realizadas a través de Google. Si no, pregúntenles a los ciudadanos chilenos que acudieron al buscador para descifrar si Dios era natural de su país. Para evitar celos patrióticos, es mejor que los cibernautas acuerden que si Dios existe, vive en el Cielo, un lugar que no conocemos, pero acerca del que también mucha gente intentó averiguar por medio de Google.
Tengo miedo a perder la maravilla Desde aquí, sólo podemos asegurar que no entendemos exactamente a qué se refiere este cibernauta con «la maravilla». Estimamos que, al no encontrar eco a sus temores en la vida real, no le quedaron más opciones que acudir a Google para que le indique cómo resguardar aquello que tanto teme perder.
Fuente: https://www.diariouno.com.ar