Con tan la ingesta de unos seis gramos de sal por día, se consigue un efecto de purificación en el cuerpo humano, conforme lo recomienda la Organización de la (OMS). Desde temprano en la mañana cuando el organismo inicia su desintoxicación diaria, los 84 elementos minerales de la sal marina guían este proceso.
Purificación del cuerpo
La sal guarda, además, una propiedad para actuar en la regulación de la acidez del cuerpo que es producida de forma natural por los procesos metabólicos, pero también a causa de una alimentación desbalanceada, el estrés, el exceso en el consumo de café y el tabaquismo. De hecho, algunos dolores de cabeza, alergias, mal aliento o cuadros de cansancio prolongado y falta de concentración son producidos, por un exceso de acidez en el cuerpo humano.
La sal, como uno de los nutrientes vitales que la naturaleza nos proporciona, trabaja en la conducción de los desechos desde la sangre hasta los riñones ayudando de esta forma en la regulación de la acidez del cuerpo.
Equilibrio electrolíctico
Cada vez que el cuerpo se deshidrata pierde no sólo agua sino también sales minerales que son aquellas que permiten al cuerpo realizar el balance de fluidos y guiar las instrucciones que se envían a los músculos y a los nervios. Cualquier desbalance de sal en el cuerpo humano genera un estado de agotamiento físico que genera desconcentración y estados de confusión mental.
Disminuye la acidez gástrica
La sal es el componente principal de todos los antiácidos que se consiguen en el mercado nacional y su efecto es neutralizar la acidez a través de una reacción química. Cuando la sal presente en los alimentos tanto naturales como procesados es consumida de forma equilibrada juega un papel para estabilizar los flujos gástricos y reducir la sensación de reflujo.
La importancia del yodo en la sal
La carencia de este mineral en el cuerpo puede ocasionar graves problemas como bocio, reducción del cociente intelectual en niños, lesiones cerebrales, lo que llevó a la OMS a recomendar su suplementación.
Luego que en la década de los 20 se padeciera en Estados Unidos una alta incidencia de bocio -una enfermedad que produce aumento del tamaño de la glándula tiroidea ocasionada por la deficiencia de yodo- a partir de 1924 se comenzó a incluirlo, por iniciativa gubernamental, en el proceso de refinación de la sal, una práctica que ya se había comenzado en Suiza cuatro años antes.
Por su parte, Venezuela también inició la incorporación de este componente en la sal a partir del 1 de enero de 1967. Pero es en 1993 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef proponen una política de yodación universal como medio masivo de prevención de la deficiencia de yodo.
La carencia de yodo no sólo se expresa en problemas de la glándula tiroides y en enfermedades como el bocio. Según la OMS, en su portal www.who.int, “la ausencia de yodo es la principal causa mundial de lesiones cerebrales evitables y reducción del cociente intelectual en niños. También afecta negativamente a la salud de las mujeres, a la productividad económica y a la calidad de vida”.
Indica el organismo que este elemento se encuentra en cantidades relativamente pequeñas en los alimentos, por lo que la mayoría de personas requieren una fuente adicional; la sal. Al ser la sal un elemento que puede ser consumido por toda la población, es una forma económica y sencilla de asegurar la incorporación del yodo a la dieta.
Aunque otras fuentes relevantes de yodo son el pescado de mar, los mariscos, algas u otros alimentos procesados con adición del mismo, sal se convierte en un ingrediente básico para proveerse de este nutriente, especialmente en aquellas poblaciones como los Andes en el caso de Venezuela, en los que la ingesta de productos marinos está limitada.
Calambres: cuando la sal importa
En corredores de fondo, la rehidratación adecuada para compensar la pérdida de sales minerales es necesaria para evitar la fatiga y dolencias musculares. Esta contracción súbita, involuntaria, breve y dolorosa de un músculo o de un grupo de ellos conocida como “calambres”, puede acabar con los resultados de un atleta en actividades de alto rendimiento, como los corredores, pues produce una impotencia funcional. Su origen es multifactorial y puede sucederle a cualquier persona, en actividad o reposo, pero en el caso de deportistas puede originarse “debido a un desbalance de sales minerales en el organismo, ya sea por abundancia o por insuficiencia (habitualmente calcio, sodio, magnesio o potasio)”, precisa Yurimia Villalba, fisioterapeuta venezolana especializada en el área deportiva. Para la experta, los atletas cuyo sudor es salado o que éste le genera ardor en los ojos, deben vigilar aún más la adecuada rehidratación, para la que es aconsejada las bebidas deportivas, “que realicen un aporte suficiente de sales como el sodio, pues poseen el balance adecuado de minerales que ayudan a una mejor absorción del agua, lo que se traduce en mejor rendimiento.
Para aquellos que son proclives a los calambres musculares severos o que son sudadores salados pueden necesitar aun más sodio, para lo cual bastará con adicionar 1/4 de cucharadita de sal a 500-600 ml. de bebida”, añade
En este sentido, el entrenador de corredores de fondo Oswaldo Lucena (@lucenarunners), precisa que la hidratación con preparados en polvo disueltos en agua o bebidas isotónicas ya listas, se consumen tanto en el entrenamiento como en las carreras, en forma progresiva. “En una carrera de 42 kms, se podría rehidratar cada 5 kms, por ejemplo, para evitar los calambres y la fatiga”. Además para evitar estas molestias es necesario garantizar una alimentación adecuada, calentar con antelación y estirarse posteriormente. Si los calambres son persistentes, se debe consultar a un fisioterapeuta deportivo.
Fuente: Informe21.com