Lo que hacemos en los primeros minutos o incluso horas de la mañana, en su mayoría son actos mecánicos. Sin embargo, algunas veces es importante dar un vistazo a estos hábitos y ver si realmente lo estamos haciendo bien.
Ejemplo de ello son las 5 cosas que aparecen a continuación, recopiladas por el diario electrónicoHuffington Post y que podrían perjudicar tu salud. Pon atención.
1. Levantarse de golpe
Cuando te levantas de golpe exiges demasiado a tus músculos de la espalda que han permanecido rígidos durante la noche, señala Robert Oexman, experto en el sueño y quiropráctico del Sleep to Live Institute en Estados Unidos. Esto podría provocar espamos y dolores en la espalda baja e incluso deslizamiento de discos lumbares y lesiones.
Otra razón para levantarse lentamente es que cuando nos paramos bruscamente después de estar recostados, la sangre corre rápidamente a las piernas, lo que puede causar una sensación de mareo que podría hacerte caer. Según Alan Hilibrand, cirujano y portavoz de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, este efecto -llamado hipotensión ortostática- es especialmente común en las mujeres.
Por ello, Oexman recomienda primero abrazar las rodillas hacia el pecho, una a la vez, y luego ambas. Esto no sólo ayudará a calentar los músculos, sino que también hará que la sangre fluya por todo el cuerpo para que te sientas más estable cuando te levantes.
2. Mantener las cortinas cerradas mientras te preparas para salir de la casa
Mantener la habitación oscura antes de ir a dormir, ayuda a conciliar el sueño, pero los beneficios de esta práctica duran sólo hasta que te levantas. Si quieres empezar el día con ánimo, abre las cortinas y deja entrar la luz. Además, esto ayudará a ajustar tu reloj biológico interno.
Asimismo, aunque parezca increíble es bueno para regular el peso, según investigadores de la Northwestern University Feinberg School of Medicine.
3. Evitar conversar con otros
Un estudio de la Universidad de Minnesota determinó que cuando los empleados comienzan la jornada de trabajo en forma positiva, reciben un gran impulso a su estado de ánimo y trabajan mejor. Por ello, no es malo tomarse unos minutos para conversar con los colegas antes de comenzar la jornada o aprovechar de llamar a un familiar antes de ponerse de lleno a trabajar.
4. Postergar la alarma
Si sueles “postergar” tu alarma varias veces en lugar de simplemente apagarla y levantarte de la cama, debes dejar de hacerlo. Así lo advierte el doctor estadounidense Robert Rosenberg, especialista en medicina del sueño, quien señala que esta acción “no sólo puede ser un signo de un sueño inadecuado o de mala calidad, sino que puede hacer que tu funcionamiento durante el día sea aún más difícil”.
“Por desgracia, en muchos sentidos, el sueño fragmentado es peor que no dormir”, dice Rosenberg, quien agrega que “si estás en la fase del sueño REM (la más profunda) y se interrumpe con la alarma de despertador, esto puede conducir a una incapacidad para procesar y conciliar los recuerdos emocionalmente cargados de la jornada anterior. Además, el sueño fragmentado puede resultar en cambios de humor, problemas cognitivos, y la dificultad para prestar atención”, comenta.
Pero, ¿Qué podemos hacer para evitar esto? El especialista señala que en primer lugar debemos darnos cuenta que en muchos casos nuestro cuerpo nos está diciendo que no estamos durmiendo lo suficiente. Lo mejor es tratar de acostarse media hora antes, poner la alarma a la hora exacta que nos levantaremos y apagar todos los dispositivos que emiten luz azul al menos una hora antes de acostarse.
5. Lo primero que haces después de despertarte es ejercicio.
Saltarse el desayuno e ir directo a entrenar puede ser perjudicial, ya que has estado en ayunas toda la noche y necesitas alimentos. Por ello, aunque no es recomendable comer en exceso antes del ejercicio, un pequeño puñado de cereal o la mitad de un plátano, más un vaso de agua, puede ser suficiente.