En la iglesia de Santa María la Nova de Nápoles (Italia), Erika Stella, una estudiante de doctorado, afirma haber encontrado la tumba del Conde Drácula. Para ello se basa en el hallazgo de una lápida del siglo XV que pertenecería a Vlad Tepes (Vlad III), más conocido como Vlad el Empalador. Príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumania) entre 1456 y 1462, fue famoso tanto por su lucha contra el expansionismo otomano como por la crueldad con la que castigaba a enemigos y traidores. Además, fue el personaje histórico en el que el Bram Stoker se inspiró para crear su novela «Drácula».
Falleció en 1476 y desde entonces son muchos los rumores sobre el paradero de su cuerpo. Unos dicen que murió en una batalla, otros expertos apuntan a que fue hecho prisionero, aunque algunos se decantan por la teoría de que fue rescatado por su hija y pasó sus últimos días de en Nápoles.
Los investigadores que trabajan en el citado templo se dieron cuenta de que la lápida en cuestión estaba repleta de símbolos de Transilvania, región de la actual Rumanía rodeada por los montes Cárpatos, donde nació Vlad III. «Las esculturas en bajo relieve demuestran un simbolismo evidente. Los dragones hacen referencia a Drácula y las dos esfinges opuestas reprensentan la ciudad de Tebas, también conocida como Tepes. En estos símbolos, el nombre del Conde Drácula está escrito», han señalado fuentes de la investigación.