WASHINGTON. Una mujer embarazada que vive cerca de una granja donde se utilizan pesticidas corre un riesgo 66% mayor de tener un hijo autista, descubrieron investigadores de la universidad Davis de California, en un estudio publicado este lunes.
Esta investigación revelada en el diario Environmental Health Perspectives examina la asociación entre el hecho de vivir cerca de un lugar donde se utilizan pesticidas y los nacimientos de niños autistas, aunque no deduce una relación de causa y efecto.
El autismo es un trastorno del desarrollo que actualmente afecta a uno de cada 68 niños en Estados Unidos. Una cifra en aumento en comparación con el año 2000, cuando este trastorno afectaba a uno de cada 150 niños estadounidenses.
Los investigadores compararon datos sobre la utilización de pesticidas en California en el domicilio de 1.000 personas que participaban en un estudio sobre familias con hijos autistas.
«Observamos dónde vivían los participantes del estudio durante el embarazo y el momento del nacimiento», explicó uno de los autores Irva Hertz-Picciotto, vicepresidenta del departamento de Ciencias y Salud pública de la universidad Davis de California.
«Constatamos que varios tipos de pesticidas fueron utilizados, en su mayoría cerca de viviendas donde los niños desarrollaron autismo o trastornos cognitivos».
Aproximadamente un tercio de los participantes del estudio vivía a entre 1,25 y 1,75 kilómetros del lugar donde los pesticidas fueron utilizados.
Los investigadores descubrieron también que los riesgos eran mayores cuando el contacto con el pesticida se producía entre el segundo y tercer mes de embarazo.
El desarrollo del cerebro del feto podría ser particularmente sensible a los pesticidas, según los autores del estudio.
«Este estudio valida los resultados de una investigación anterior que constató vínculos en California entre el hecho de tener un hijo autista y la exposición a productos químicos agrícolas durante el embarazo», precisó Janie Shelton, de la universidad Davis y autor del estudio.
«Aunque todavía tenemos que ver si algunos subgrupos son más sensibles que otros a la exposición de pesticidas, el mensaje es claro: las mujeres embarazadas deben prestar atención y evitar cualquier contacto con productos químicos agrícolas».