BRASILIA. Con un doblete de Neymar y un tanto redentor de Fred, Brasil avanzó a octavos de final, donde se medirá a Chile, tras vencer este lunes con autoridad a Camerún por 4-1 en Brasilia.
El centésimo partido mundialista de la selección sirvió para que el ‘garoto’ de 22 años marcara también el centésimo gol del torneo -y luego el 102-, y para que Fred, apagado desde el debut, volviera a hacer lo que mejor hace: anotar.
Neymar, ahora líder en la tabla de goleadores (4), marcó a los 17 y 35, Fred a los 49 y Fernandinho a los 84. Joel Matip llegó a colocar el empate en la pizarra a los 26, pero poco más pudo hacer Camerún, ya eliminada de este Mundial 2014.
«Creo que fue nuestro mejor partido, no por el marcador sino por lo que mostramos (…) Estamos cada vez más cerca de alcanzar nuestro sueño», dijo Neymar, sin dudas el mejor del partido.
¿Despertó Brasil? Para Neymar sí. Para Felipao hubo «altos y bajos».
Igual Camerún no es el termómetro ideal para determinar si el equipo compacto y poderoso que ganó la Copa Confederaciones está de vuelta. En todo caso, los casi 70.000 espectadores que tiñeron de amarillo las sillas rojas del Mané Garrincha de Brasilia gozaron cada minuto del espectáculo.
En los octavos de final, la Seleçao se enfrentará a Chile, que perdió más temprano (2-0) ante Holanda, un equipo que el propio seleccionador Luiz Felipe Scolari dice que es de temer. El 28 de junio se medirán en el Mineirao de Belo Horizonte (sudeste).
«Si pudiera escoger, escogería otra selección», reiteró el DT después del partido.
Brasil no abandonó su esquema táctico de atacar desde el primer segundo, presionando con fuerza por un gol temprano. Los africanos, que no contaban con su capitán Samuel Eto’o en campo, no tocaron el balón durante los primeros 10 minutos y apelaron a las faltas. Después bajaron un poco los brazos y dejó equilibrar un poco las acciones.
Scolari salió con los mismos 11 que ganaron la Confederaciones y que chocaron con Croacia.
El gol de Fred fue un destello, una muestra de su poder cuando toca el balón. Hasta el gol, un remate desde fuera del área y una pelota que no pudo rematar en el área habían sido sus escasas oportunidades en el partido. De hecho, durante todo el primer tiempo estuvo desaparecido.
Pero el gol llegó en el tercer partido, igual que en la Copa Confederaciones, cuando terminó artillero del torneo con cinco tantos.
– Hambre de gol –
Neymar salió al campo con hambre de gol. No haber marcado contra México, que supo defenderlo bien y asfixiar los laterales, lo dejaba en deuda con la ‘torcida’. Y les regaló dos.
Demostró, además, que tiene todo el derecho a ponerse la poderosa ’10’ de Brasil. El atacante aparecía por todos lados, mostrando esa técnica insolente que deja a todos boquiabiertos con pases precisos, sombreritos, dribles y claro, goles.
El primero llegó con un centro preciso de Luiz Gustavo, tras robo de balón a Allan Nyom, que el ‘garoto’ del Barça remató con poder en la puerta del área.
Antes del segundo, otro misil de Neymar fue defendido bien por el portero Charles Itandje por puro reflejo con los puños.
Y ahí vino el empate de Joel Matip, que remató un centro de Nyom, el mismo que perdió el balón para Luiz Gustavo, tras ganarle en velocidad a Dani Alves.
El 2-1 comenzó un pase largo de Marcelo. Neymar pasó por Alexis N’Koulou y remató al palo derecho del portero.
«Neymar, Neymar», coreó el público.
El gol de Fred vino con un centro preciso de David Luiz, que sigue sin goles con la selección, pero con defensas fantásticas. Fred cabeceó firme a la red y vino la celebración más que merecida.
Fernandinho, que entró por el aún apagado Paulinho en el segundo tiempo, marcó el último de Brasil, en una triangulación con Oscar y Fred.
Su nombre suena ahora para el once contra Chile.
«La entrada de Fernando fue buena, fue providencial en situaciones defensivas y ofensivas. Pasa bien, trabaja el día a día, cuando lo colocamos es porque creemos que es la mejor opción», indicó Felipao.
Una goleada con la que se levanta Brasil. Pero es Camerún, que se va del torneo sin victorias y sumergido en una severa crisis interna. Chile será el verdadero test para el gigante anfitrión.