PARÍS. El virus chikungunya constituye una «amenaza sanitaria de talla» para las zonas tropicales y subtropicales del continente americano, donde se está registrando una epidemia en las Antillas, subraya este martes el INVS, Instituto de Vigilancia francés.
«Concentraciones de población como el Mundial de fútbol en junio de 2014 en Brasil, constituyen situaciones favorables para la difusión viral y requieren medidas de prevención específica», advierte este organismo sanitario público en el Boletín Epidemiológico Semanal (BEH).
El virus, transmitido al hombre por mosquitos, provoca fiebres altas y dolores de articulaciones.
La enfermedad, contra la que no existe tratamiento específico ni vacuna, puede resultar muy perjudicial y, como la gripe, letal para personas débiles.
Tras emerger brutalmente en noviembre de 2013 en las islas francesas de San Martín y San Bartolomé, el virus se diseminó progresivamente por la región de las Antillas.
La epidemia afecta hoy en día a varios países caribeños y muy especialmente a Guadalupe y Martinica, donde se puede intensificar con la estación de lluvias que entre julio y noviembre favorecerá la multiplicación de los mosquitos, subraya el INVS.
Según cifras citadas la semana pasada por el Ministerio de Sanidad, 90.000 personas se han visto afectadas en Guadalupe y Martinica desde el inicio de la epidemia en diciembre.
Resulta difícil predecir la evolución de la epidemia en ambos departamentos franceses por los numerosos factores relacionados con el clima, el medio ambiente y el grado de inmunización de la población.
Este virus está presente ahora en numerosas islas del caribe y afecta también, aunque de manera más «moderada», a Guyana, según el INVS.
En el continente americano, algunos casos autóctonos han sido reseñados en América Central, con ocho casos confirmados en El Salvador, según el último balance publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 3 de julio.
Estos casos autóctonos designan las contaminaciones de personas localmente por mosquitos, no los de viajeros contaminados en una zona conocida como infectada y que luego regresan con la enfermedad a sus países.
En Estados Unidos, se cuentan varias decenas de casos, pero oficialmente todos importados por viajeros, según la OMS.
El INVS advierte contra los riesgos muy altos de epidemia en los países tropicales o subtropicales del continente americano, donde pululan los mosquitos.
La introducción de la enfermedad en países «muy poblados» de América Latina donde «la población es totalemte ingenua» frente a este virus con el que nunca ha estado en contacto, representa una «amenaza sanitaria de talla», estima el organismo.
El sur de Europa, donde se multiplican los mosquitos tigre que transmiten dengue y chikungunya, es asimismo una zona concernida por los riesgos de introducción de esta enfermedad en verano, advierte el Instituto.