«No me interesa el premio. No me importa nada», señaló Leo Messi después de recibir el Balón de Oro que le distinguía como el mejor del campeonato. «Queríamos llevar la Copa y disfrutar en Argentina con toda la gente», abundó.
Tres veces se cruzó Alemania en el de Leo Messi, a quien el desconsuelo embriagó ayer a pesar de ser elegido por la FIFA como el mejor futbolista de un torneo en el que se citaban su propia ambición, las ilusiones de la hinchada argentina y el recuerdo del triunfo de Maradona en México’86.
«No me interesa el premio. No me importa nada», señaló el del después de recibir el Balón de Oro que le distinguía como el mejor jugador del campeonato. «Queríamos llevar la Copa y disfrutar en Argentina con toda la gente», abundó.
Despojado por el germano Mario Götze del sueño de conquistar el único título que resiste a su ostentoso palmarés, la de Leo Messi se consagró definitivamente en Argentina, un país que se aferró a su capitán para recuperar la gloria mundialista cuando se cumplían 24 años de su última final.
Un éxito menor para un futbolista «decepcionado» por no poder ganar el definitivo partido en Maracaná.
La tristeza que había acompañado al delantero con su selección, con excepción del éxito en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) y el Mundial Sub-20 (2005), reapareció sobre el césped del estadio brasileño cuando su mente recuperaba las tres ocasiones desaprovechadas Gonzalo Higuaín, Rodrigo Palacio y él mismo.
A sus 27 años, al goleador del Barcelona se le sigue resistiendo el Mundial, aunque ahora Argentina se confiesa «orgullosa» de un futbolista que sumó cuatro trofeos a ‘Mejor Jugador del Encuentro’, cuatro goles y dos asistencias antes de conquistar el Balón de Oro.
«Lloren tranquilos» es la última demanda de la hinchada albiceleste a un jugador que «estaba golpeado» tras caer por 1-0 en la final. «Las lágrimas no sólo tienen que ser de tristeza, sino de orgullo», apunta el diario Olé en su edición digital.
Voraz es, sin embargo, la crítica de la prensa española, para quien Messi está «a años luz de Diego Maradona», a pesar de acariciar el éxito mundialista durante 112 minutos.
«Messi ganó un triste y cuestionado premio a mejor jugador porque no pudo dar el Mundial a su país», denuncia La Razón.
También ABC se hizo eco del intento fallido del rosarino, «discutido Balón de Oro», de «emular al héroe argentino».
«Pobrecito, yo a Leo le regalaría el cielo. Pero cuando no es justo y quieren los ‘marketineros’ hacerle ganar algo que no ganó, es injusto», dijo Maradona en su intervención en el programa De Zurda, sumándose a las críticas a la FIFA por la concesión del galardón al delantero del Barcelona.
«La interminable mano de Grondona (presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y vicepresidente de la FIFA)», subyace, según Marca, tras el nombramiento de Leo Messi como mejor jugador.
«Un escándalo», remarca AS en portada, aunque el diario madrileño señala en páginas interiores que «el partido de ayer reivindica la figura de Messi», quien asumió el «riesgo de equivocarse interviniendo una y otra vez».
«Cuando se activaba, La Pulga recordaba la electricidad de sus mejores temporadas», coincide El País en su edición digital.
EFE