Washington. Unas 46.000 personas presas por delitos federales relacionados con las drogas ilegales podrían ser elegibles para reducciones de sus sentencias en Estados Unidos, el país con la tasa de encarcelamiento más alta del mundo.
La Comisión Federal de Sentencias aprobó, por unanimidad, la condición de retroactiva a una medida ya aprobada antes y que reduce a partir de noviembre las sentencias por delitos no violentos relacionados con las drogas.
Esta extensión, que podría recortar en un promedio de dos años las sentencias, permite que casi la mitad de las 100.000 personas recluidas en cárceles federales por delitos de droga estén en condiciones de solicitar el alivio de sus penas.
Muchos de esos presos ya han pasado una década, o más, en prisión y un juez revisará el caso de cada recluso para decidir en qué medida el individuo representa una amenaza para la sociedad.
Aquellos que alcancen la excarcelación podrán dejar las prisiones a partir de noviembre de 2015.
Estados Unidos tiene una tasa de encarcelamiento de casi 750 adultos por cada 100.000 habitantes y, como resultado del endurecimiento desde la década de 1980 de las condenas por delitos vinculados con la droga, hay ahora más de 2,3 millones de personas tras rejas en prisiones federales, estatales y locales.
Desde 2009 al menos treinta Estados han aprobado normas que reducen las sentencias por crímenes no violentos relacionados con las drogas.
Esto refleja un vuelco en la opinión pública en Estados Unidos, y un cambio de interés de los políticos que perciben una mayor tolerancia hacia ciertas drogas ahora ilegales, la creciente legalización de marihuana, y el problema fiscal que representan las cárceles super pobladas.
Pero algunos fiscales y jueces federales han expresado su oposición enérgica y han advertido que las reformas podrían dejar en libertad a criminales violentos y peligrosos, especialmente en la frontera sudoeste donde se encuentra el mayor número de presos elegibles para la reducción de sentencias.