Por CÁNDIDA FIGUEREO
Elegir a una persona para que se ocupe de velar por todo un conglomerado humano en un espacio específico siguiendo las pautas registradas en la Constitución cuando se trata de un país soberano, es una carga tan pesada que lo menos que amerita ese estadista es confianza cuando evidencia que transita por el carril de la buena fe y la transparencia.
La confianza a una persona que se observa esforzada en lo que está haciendo, pese a que no tiene una varita mágica, no es cuestión de bla, bla, bla. Queremos que todas las cosas se resuelvan de la noche a la mañana, en un santiamén.
Sin embargo, cada uno de manera individual se debe examinar sobre cuál ha sido su aporte para contribuir a que esa persona en quien se delega dirigir un país cumpla con las metas prometidas.
Somos buenos para criticar y buscar la quinta pata al gato. ¿Es esto malo? Claro que no, si contribuimos primero a ayudar a esa persona que nos dirige como gobernante a que salga adelante en sus propósitos que son también los nuestros.
Lo primero que hay que dar a un Presidente que demuestra buena fe en lo que hace, como es el caso de Danilo Medina, es CONFIANZA. La confianza en que siempre actuará para bien del país le fortalece como ser humano porque siente el apoyo de un pueblo pobre, pero con dignidad.
Viene al caso lo anterior por las dudas que, como telaraña, pretenden envolver a todo el que se deja atrapar de esa negatividad luego de las visitas al país del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki Moon; de los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y del haitiano Michell Martelly para reunirse con el estadista dominicano Danilo Medina a fin de tratar el asunto de los extranjeros ilegales.
Escuchar pareceres foráneos ni quita, ni pone, ni obliga. Hay que confiar en Danilo Medina. No le conozco personalmente y aún así percibo que el Presidente es una persona digna de confianza, de esas que enaltecen su país.
Hace poco más de dos años que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) refería en un informe oficial que el 62% de los hogares urbanos de la República Dominicana vive en situación de pobreza.
El Tiempo Latino (diario digital) recoge el 6/9/2014 una publicación de The Washington Post que dice: » Estados Unidos inició una campaña informativa en Guatemala, El Salvador y Honduras para aclarar a sus habitantes que serán deportados si llegan a territorio norteamericano sin una visa vigente.»
Esta Potencia del mundo, EE.UU. no puede con los ilegales y por eso anunció esa medida. Imagínense entonces si este país de gente con alma grande, pero económicamente pobre puede cargar con los extranjeros ajenos que no se ciñen a regulaciones. No. Siendo pobre RD ha demostrado con creces su lado humano, pero no somos idiotas.
Que conste, no tengo madera de tumba polvo, pero dad «César lo que es del César» y a Danilo lo que es de Danilo, confianza en que no actuará nunca contra su país, contra nuestro país.