Las autoridades estadounidenses de Arizona (suroeste) rechazaron el jueves las críticas por la ejecución de un condenado que demoró dos horas en morir tras recibir una inyección letal el miércoles y defendieron la legalidad del procedimiento.

Pena de muerte inyeccion letal



Joseph Wood, de 55 años y condenado por el doble asesinato de su exnovia y el padre de ésta en 1989, fue declarado muerto el miércoles, unas dos horas después del inicio del procedimiento de inyección, en lugar de los 10 minutos usuales, según denunciaron sus abogados.

Pero el jefe de la administración penitenciaria de Arizona, Charles Ryan, aseguró en un comunicado que “se ha llegado a la conclusión prematura y errónea de que esta ejecución fue fallida”.



“Esto es pura conjetura porque hasta la fecha no hay ninguna evidencia forense o médica que apoya esa conclusión”, dijo Ryan.

“El protocolo muestra claramente que el detenido estaba bajo los efectos totales de sedantes a partir de las 13H57, tres minutos después de la ejecución, hasta que se pronunció su muerte a las 15H49?, aseguró.

El miércoles el hecho elevó el tono de la controversia en Estados Unidos sobre este método de ejecución penal. Y si bien la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, defendió la legalidad de la ejecución, también se declaró preocupada por su duración y ordenó realizar una investigación.

Según la autopsia, las drogas fueron inyectadas directamente en las venas de Wood sin que se derramaran por su cuerpo, dijo Ryan. Las inyecciones que no entran en las venas a menudo pueden causar un dolor insoportable.

Al igual que varios condenados ejecutados antes de él, Wood había criticado como inconstitucional el riesgo de que su ejecución comportara sufrimiento, debido a la falta de información sobre los productos utilizados, su origen y sobre la calificación del personal a cargo de inyectarlo.

Sus apelaciones finales fueron rechazadas; el Tribunal Supremo las desestimó dos veces en menos de 24 horas, como lo hizo para sus recursos anteriores.

A finales de abril en Oklahoma (sur), un preso había muerto con aparente dolor 43 minutos después de la inyección de un cóctel de tres productos. Las ejecuciones entonces fueron suspendidas en todo el país y se habían reanudado gradualmente, excepto en Oklahoma, a pesar de las protestas y múltiples procedimientos judiciales.

AFP