TOKIO. Hace 40 años que millones de personas se encantan con la dulzura del personaje japonés que responde al nombre de Hello Kitty, convencidas de que se trata de una felina. Pero no, Hello Kitty no es una gata ni lo ha sido nunca, reveló esta semana su creadora.
A pesar de sus orejas puntiagudas, su hocico y sus bigotes, «Hello Kitty es una niña pequeña, alegre y feliz, con un corazón de oro», explicó con toda seriedad la empresa Sanrio.
Esta afirmación es el resultado de la curiosidad de una antropóloga de la Universidad de Hawái especializada en la cultura «kawaii» («mona»), Christine Yano, que le pidió a Sanrio que verificara la información de una exposición conmemorativa por el 40º aniversario del personaje.
La casa creadora respondió: «Hello Kitty no es una gata. Es un personaje de dibujos animados. Una niña pequeña. Una amiga. Pero no una gata. Nunca ha sido representada a cuatro patas».
«Es un personaje humanizado al 100%», insistió un portavoz de Sanrio a la AFP, que reconoció no obstante que era posible que existiera una cierta confusión: «Es cierto que la forma es parecida a la de una gata, pero eso es todo».
Y para muestra, un botón: su verdadero nombre es Kitty White, nació en el sur de Inglaterra el 1 de noviembre de 1974, de signo escorpio, y de grupo sanguíneo A. Y la prueba definitiva: Kitty tiene su propio animal de compañía, un «verdadero» gato llamado Charmmy Kitty.
Pero hay algo que Sanrio no destaca: con unos ingresos anuales de entre 2.500 y 3.000 millones de euros, Hello Kitty es, ante todo, la gallina de los huevos de oro.