La Casa Blanca declaró que Estados Unidos está “en guerra” contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), en un intento de solucionar un desliz semántico sobre la estrategia anunciada el miércoles por el presidente Barack Obama.
En su recorrida por Medio Oriente para intentar armar la mayor coalición posible contra el EI, el secretario de Estado John Kerry, reticente utilizó el término “guerra” para calificar la extensión de las operaciones estadounidenses contra los yihadistas en Siria e Irak.
Sin embargo, este viernes el Pentágono y la Casa Blanca no dejaron dudas sobre la manera en que entienden el conflicto.
“Estados Unidos está en guerra contra el EI de la misma manera que estamos en guerra contra Al Qaida y sus afiliados en todo el mundo”, declaró el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, durante su conferencia de prensa diaria.
El mismo mensaje fue dado en términos muy similares por el portavoz del Pentágono, contraalmirante John Kirby.
Obama anunció el miércoles que su Gobierno está listo para combatir al EI donde quiera que se encuentre, y se comprometió a entrenar y armar a grupos de la oposición en Siria, así como aumentar la cooperación militar con el gobierno de Irak.
En una entrevista con la cadena CBS el jueves, Kerry había preferido hablar de una “operación anti terrorista de gran escala”.
“Creo que “guerra” es una terminología y analogía errada, pero el hecho es que estamos comprometidos en un esfuerzo mundial significativo para frenar la actividad terrorista”, declaró.
Esta disputa sobre los términos puede parecer trivial en momentos en que los aviones y drones estadounidenses llevan realizados más de 160 ataques contra el EI en Irak desde agosto.
Sin embargo, es signo de que la administración continúa siendo muy prudente frente a una opinión pública cansada tras años de lucha contra los islamistas en Irak y Afganistán.
Por otra parte, Washington repitió el viernes que una coordinación con el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, está fuera de discusión.
“Ellos crearon este vacío de seguridad. No vamos a trabajar con ellos”, dijo la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf.
AFP