GINEBRA. Más de 20.000 personas estarán infectadas por Ébola a comienzos de noviembre si no se hace nada para reforzar las medidas de control de la epidemia en África del oeste, advirtió este martes la OMS en un estudio publicado por la revista New England Journal of Medicine.

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«Suponiendo que no haya ningún cambio a nivel de medidas de control de la epidemia», a comienzos de Noviembre habrá 9.939 casos en Liberia, 5.925 en Guinea y 5.063 en Sierra Leona, indican los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este estudio.

«Sin una mejora drástica de las medidas», habrá en los próximos meses, no «centenares» de muertos cada semana, sino «millares», añaden, subrayando que la tasa de mortalidad entre las personas infectadas por el virus alcanza a 70,8%.



Si no se hace nada, se corre el riesgo de que el Ébola se instale durante años en la región y se convierta en una enfermedad «endémica», según los expertos.

La semana pasada, la ONU había indicado que estimaba en 20.000 el número de personas infectadas para fines de 2014. Pero el ritmo de crecimiento exponencial de la epidemia supera las previsiones de los científicos, que llaman a reforzar «rápidamente» las medidas de control, en particular durante los funerales, así como reforzar la detección precoz de los casos.

Según el último balance de la OMS publicado el lunes, la epidemia de Ébola ha provocado más de 2.800 muertos en África del oeste desde comienzos de este año, siendo Liberia, Guinea y Sierra Leona los países más afectados de la región.

– Si nada cambia, vamos camino a una «catástrofe» –

«Estamos en una tercera fase de crecimiento de la epidemia» que es «explosiva», afirmó uno de los coautores del estudio durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en Ginebra. Se trata del doctor Christopher Dye, quien además es director de estrategia de la OMS.

«Si no detenemos la epidemia rápidamente, ya no será un desastre sino una catástrofe», añadió el científico, explicando que si nada cambia Ébola podría afectar a «centenares de miles de personas» en los próximos meses.

Dye subrayó que esta epidemia, la más grave de la historia de esta fiebre hemorrágica que fuera identificada en 1976, es «bastante similar a otras que han afectado a otros países africanos durante los últimos años, como la República Democrática del Congo (RDC) y Sudán.

«Lo que es diferente no son las características del virus, sino la naturaleza de las poblaciones afectadas», dijo, haciendo hincapié en la gran movilidad de las mismas como factor de contaminación.

El rápido aumento de la tasa de transmisión también se explica por la lentitud de la reacción ante el Ébola al comienzo de la epidemia, así como el mal estado de los sistemas sanitarios en los pricipales países afectados, reconoció.

«En Nigeria, donde el sistema de salud es más sólido, el número de casos ha sido limitado hasta el presente», explicó otra coautora del estudio, Christl Donnelly, profesora en el Imperial College London.

Dye explicó además que por ahora es difícil establecer un balance de la epidemia, puesto que la misma parece estabilizarse en algunas regiones pero hizo su aparición en otros distritos que parecían a salvo hasta hace muy poco tiempo.

Los expertos señalaron por otra parte que el virus no parece sufrir mutaciones, lo que facilitaría su propagación por vía aérea, pero Dye considera «posible que este tipo de mutación pueda producirse».

La ONU estima que son necesarios casi 1.000 millones de dólares para luchar contra Ébola.

El Consejo de seguridad de las Naciones Unidas calificó el 18 de setiembre a esta epidemia como una «amenaza para la paz y seguridad internacional», lo que ocurre por primera vez con una urgencia sanitaria. Y la OMS reafirmó el lunes que se trata de una «urgencia de salud pública mundial».