El es de los aperitivos más populares para, por ejemplo, una copa de champán o . No obstante, el director del National Institute of Alcohol Abuse and Alcoholism, George Koob, explica que mientras tomamos alcohol los músculos del cuerpo se relajan, incluyendo los del estómago que se encargan de mantener la comida y los jugos digestivos abajo. La cafeína, grasa y cacao que contiene el chocolate, por su parte, puede provocar gastroesofagitis (el reflujo ácido que causa quemaduras e irritación en el esófago).
Cítricos. Las frutas suelen formar parte del menú en las fiestas y sin duda son unos de los alimentos más saludables. ¿Además alguien puede imaginar un trago de tequila sin una rodaja de limón o lima? Sin embargo, los dietistas advierten que en combinación con el alcohol el ácido de la naranja, por ejemplo, puede provocar graves problemas estomacales. Pero si en plena borrachera le da por comer una fruta los médicos aconsejan escoger el plátano, ya que revierte los efectos de la deshidratación causada por el consumo de alcohol.
Postres. La comida muy dulce, al igual que la salada, genera sed y esta se tratará de saciar con más alcohol, además del alto contenido de calorías.
Picante. Se sabe que la comida picante indigesta el estómago y el alcohol, por su parte, solo empeora estos efectos.
Frutos secos salados como el maní, pistacho o pasabocas como las papas fritas no pueden faltar cuando se reúnen los amigos a tomar unas cervezas. Sin embargo, los médicos advierten que la comida salada causa la deshidratación del organismo y lleva a la ilusión de que consumir más bebida saciará la sed.
Fuente: RT