Santo Domingo. Resulta indigente saber que en este país la vida del que nada tiene, nada vale y ha sido así desde el nacimiento de este Estado fallido.
Es difícil continuar un día de manera normal después de enterarse que 11 niños perdieron la vida en el Hospital Robert Reid Cabral ,por una falla en el sistema que suplía el oxígeno.
Lo peor de todo es que poco a poco al leer tantas desgracias e injusticias hemos ido perdiendo la capacidad de asombro, porque con una tragedia similar a esta en cualquier país desarrollado ya habría renunciado el director del hospital y el Ministro de Salud Pública, pero estamos en República Dominicana, se mueran 11 ¨o¨ 100 no significa nada.
Los fallecimientos se produjeron entre el viernes y el domingo. Aunque las autoridades del centro aseguran que se trataba de niños que estaban en condiciones muy críticas de salud, personal del hospital que trabajó durante el fin de semana dijo que hubo un fallo en el sistema integrado de oxígeno y que los dos ascensores estaban dañados, lo que creó dificultades para movilizar los tanques de oxígeno hasta las salas.
Es aún mucho más desgargante leer la justificación que da la directora del Hospital, Rosa Nieves Paulino, quien señaló al periódico Listín Diario que se debe recordar que el hospital atiende niños en condiciones muy críticas, cuyas muertes no puede atribuirse a la avería que presentó el sistema de oxígeno, ya que los que estaban conectados a respiración asistida recibieron de inmediato ventilación mecánica y manual.
Señores por este camino no vamos bien, reflexionemos, se nos va a caer el país arriba sin que nos demos cuenta. Es por eso que reitero que somos un Estado Fallido, duélale a quien le duela.