Aunque muchas veces breves, pauteadas y poco flexibles, las entrevistas de trabajo son una conversación definitoria que puede trazar algunas líneas del futuro, incluso más allá de lo profesional.

Por ello, tener consciencia de lo que eventualmente sería apropiado de decir y lo que no, resulta fundamental.



Entrevista_Trabajo

No se trata de seguir un instructivo que finalmente mecanice algo tan sencillo como responder preguntas con seguridad y serenidad, sino de entender que, nos guste o no, la primera impresión vale, y bastante.



Para ayudar a reconocer esas palabras que debiesen ser evitadas, el charlista y escritor Jeff Hadenexplica por qué omitirlas en una entrevista de trabajo, según recoge el portal estadounidense Inc.

1. Generoso: la generosidad es una cualidad que se reconoce, no que se auto describe. Caer en esa clase de alabanza puede ser mal visto pese al arrebato de sinceridad.

2. Humilde: muy parecido al caso anterior. Las personas humildes no se definen a sí mismos como humildes, lógico. Son demasiado humildes para hacerlo.

3. Auto disciplinado: las personas auto disciplinadas luchan constantemente ya que se están esforzando para mantenerse rectas. Los auto disciplinados saben -y el futuro empleador también- que seguir las reglas es un reto de todos los días.

4. Apasionado: la pasión se demuestra y no se explica. Además, la pasión es una manifestación que, incluso, puede ser considerada exagerada en un ambiente de trabajo.

5. Ingenioso: un ingenioso real nunca se describirá como tal, están muy ocupados desarrollando nuevas ideas. “Nunca he conocido a alguien que decía ser ingenioso que no llegara a ser también insufrible”, señala el experto.

6. Empático: si entendemos la empatía como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, hay que hacer algo con esa capacidad. Si no se propone ayuda concreta o no hay con qué demostrar la empatía, se convierte en una característica -casi- sin valor.

7. Sin miedo – valiente: todos nos hemos asustado, todos hemos tenido miedo. Además, la valentía no es precisamente la ausencia del miedo. En ciertas circunstancias se puede actuar con coraje, pero, ¿sin miedo? Una desmesura.

8. Sencillo: sencillo suena similar a una oración que comienza “con el debido respeto”. Poco directa y hasta motivo de desconfianza.

9. Adaptable: todo trabajo y toda actividad humana está sometida a un constante cambio, por lo que ser adaptable no es una cualidad por la que se deba sentir orgullo, sino más bien una necesidad para la empresa y la vida cotidiana.

10. Independiente: “No es que no me lleve bien con otras personas, sólo soy independiente”, puede llegar a pensarse e incluso a decirse. Ser autosuficiente y saber cuidar de sí mismo es algo a todas luces bueno, pero la independencia podría llegar a ser una palabra que esconda ciertas dificultades para integrar grupos de trabajo.