Santo Domingo. Aceptada por el público y la crítica, la producción establece una vuelta de tuerca total para el cine criollo, a partir del uso sensible e inteligente del concepto, los recursos y los talentos.
¿Qué tiene de Dólares de Arena, que hace la diferencia en calidad vital por su acertado logro de dar universalidad a personajes oriundos de una comunidad turística, aderezados por un universo de música en el cual la bachata alcanza su mejor expresión en el cine local, en base a la adaptación de una novela francesa.
La clave hay que procurarla en una afortunada combinación factores : el talento domínico-mexicano de sus dos directores (Laura Amelia Guzmán/Israel Cárdenas), – quienes habían establecido referencia de calidad con Cochochi, Jean Gentil y Carmita- la audaz y valiente adaptación de la novela del escritor argelino Jean-Noël Pancrazi «Les dollars des sables», la correcta aplicación de los fundamentos de un cine de arte/autor, con la ventaja de contar con (Geraldine Chaplin, – Anne. ), el entrenamiento bien asimilado por dos actores naturales de la zona de Las Terrenas (Yanet Mojica -Noelí- y Ricardo Ariel Toribio), la fotografía, la edición y el universo sonoro basado en la figura de un auténtico líder de la bachata como Ramón Cordero, cuya original y lastimera voz (que ha sido imitada posteriormente por muchos otros que han hecho fama y fortuna) abre el filme, seduciendo completamente al público, por lo armonioso y auténtico de su rítmica declaración de amor en ese ritmo.
El éxito de la película radica en la gerencia adecuada de imágenes y personajes a los que se ha respetado su credibilidad, la dirección actoral y en particular de los dos talentos nuevos /Mojica y Toribio/, la eficacia histriónica de Chaplin, quien logra empapar la gente de su emoción nostálgica y su furia contenida a partir de un amor que consideró no correspondido y que se transforma en solidaridad entre mujeres que se aman.
Los dos directores, que acudieron al esquema del amor lésbico por la circunstancia de poner contar con Geraldine Chaplin (en la historia original de Jean-Noël Pancrazi, la historia de amor se produce entre dos hombres – el turista y un joven criollo-, pese a lo cual su manejo no escandaliza ni tiene ese matiz de oportunismo amarillista que suele acompañar el morbo y tabù que etiqueta el tema gay.
Dólares de Arena ha iniciado sus proyecciones con buena acogida sus proyecciones pero ha de ser el efecto boca a boca”, el elemento llamado a llevar cada vez más público a sus proyecciones.
La historia (basada en la adaptación novela “Les dollars des sables” del autor francés Jean-Noël Pancrazi, publicada por el sello Gallimard) de Noelí, (Yanet Mojica) una mulata que tiene su amante (Ricardo Ariel Toribio) y que vive de relacionarse íntimamente con turistas adultos mayores en Las Terrenas, cuando se encuentra con Anne (Geraldine Chaplin), una mujer francesa de tercera edad que creerá que ha dado con el amor en la estación tardía de su existencia.
Dólares de Arena, que para estos días participa como selección oficial en el Festival Internacional de Cine de El Cairo, han recibido ya el reconocimiento de la crítica internacional, ha dejado de cara a la producción cinematográfica local , ese indefinible sabor de lo nuevo, de lo impecablemente realizado.
Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, logra definir universo visual y sonoro, apoyado en la inteligente adaptación de la relación central (que en la novela original eran dos hombres), con intuitiva inteligencia y sensibilidad los otros lenguajes del cine, particularmente la bachata, que logra en esta cinta el mejor uso que haya tenido hasta el presente, la fotografía (que en realidad es superior a lo que se pudo ver en la apertura del Festival de Cine), la interpretación sorprendente de la Yanet Mojica, su novio Ariel Toribio y la lección histriónica que ofrece Geraldine Chaplin, premiada por esta actuación en la edición 50 del Festival de Toronto 2014 a la mejor.
interpretación femenina
Falta ahora que el público la respaldo, luego de ser la película de apertura en el VIII Festival de Cine Global Dominicano, donde recibió la aprobación de un público local e internacional conocedor del cine y sus claves y por el hecho de tener tras de el respaldo de Distribuidora Internacional de Películas (Palacios del Cine) como de Panamericana Films.
En sus dos primeros días de proyección ha iniciado bien, ubicándose por encima de la boletería de películas extranjeras de gran atractivo comercial, pero el ritmo de venta de una película de arte como ésta lo determina el boca a boca, promoción directa del espectador satisfecho y que va incrementando segura, pero más lentamente, la concurrencia a salas.
Dólares de arena es el punto más alto del cine dominicano en este año y muchos de los años transcurridos. Se recomienda con singular énfasis para quienes siguen diciendo “yo no veo cine dominicano”.
Sinopsis
Noelí, una joven dominicana, viaja todas las tardes a las playas de las Terrenas. Allí, junto con su pareja, busca la manera de sacar ventaja y ganar algunos dólares a costa de alguno de los centenares de turistas que rondan el lugar. Entre sus clientes ocasionales, Noelí mantiene uno fijo: Anne, una francesa de edad madura que con el paso del tiempo ha encontrado en la isla un refugio ideal donde pasar sus últimos años.
El novio de Noelí se hace pasar por su hermano y elabora un plan en el que Noelí viaje a París con la francesa y le envíe dinero todos los meses. Para Noelí, la relación con Anne se basa primordialmente en la conveniencia, aunque los sentimientos se tornan ambiguos a medida que el tiempo de partir se avecina.
FICHA TECNICA
Dirección: Laura Amelia Guzmán/Israel Cárdenas
Guión: Laura Amelia Guzmán/Israel Cárdenas (sobre la novela homónima de Jean-Noël Pancrazi)
Producción: Benjamín Domenech/Matías Roveda/Pablo Cruz
Fotografía: Israel Cárdenas/Jaime Guerra
Música: Benjamín De Menil/Ramón Cordero/Edilio Paredes
Sonido: Alejandro Deicaza/Diego Gat/Raúl Locatelli
Montaje: Andrea Kleinman/Israel Cárdenas
Dirección arte: Sylvia Conde
Intérpretes: Geraldine Chaplin/Yanet Mojica/Ricardo Ariel Toribio.