En la década de los 60 había una droga descubierta veinticinco años antes que empezaba a cobrar cierta fama, aunque aún moderada: LSD. Sus efectos eran todavía desconocidos, sobre todo a medio y largo plazo, y en situaciones determinadas. Además, durante la Guerra Fría había mucho interés en estudiar el posible «control mental» para poder manejar el pensamiento y la voluntad de una persona. Inicialmente, de soldados durante tiempo de guerra. Al mismo tiempo, veían beneficioso anular la sensación de dolor y cansancio, algo que viene de la época nazi y la búsqueda del uber-soldier.

Así que el ejército británico, como tantos otros, experimentó con LSD en su ejército con una mezcla de estos objetivos como motivo principal. Por si fuera poco, minimizar el impacto de la moral y la ética en la conciencia del soldado era otra gran ventaja para los mandos del ejército. Por increíble que parezca, los soldados empezaron a trabajar y maniobrar bajo los efectos del LSD. Peor que peligroso. Algunas secuencias de los soldados drogados es impagable.