Ferguson, Estados Unidos. Manifestantes quemaron edificios, saquearon comercios y dispararon contra policías en la ciudad de Ferguson, nordeste de Estados Unidos, tras el anuncio de que el policía blanco que mató a un joven negro desarmado en agosto pasado no será juzgado.
Doce edificios fueron incendiados y hubo al menos 150 disparos contra los efectivos policiales, dijo el jefe de la policía del condado de San Luis (Misuri), John Belmar.
La policía no respondió a los disparos y detuvo a 29 manifestantes sin que haya que lamentar víctimas, agregó el jefe policial.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, ordenó la movilización de las fuerzas de la Guardia Nacional para restaurar el orden.
Los manifestantes fueron insensibles al llamado a la calma del presidente estadounidense Barack Obama y de la familia de Michael Brown.
Obama había llamado a los manifestantes que esperaban el veredicto en las calles de Ferguson a protestar pacíficamente y a la policía que actuara con «moderación».
La familia de Brown dijo estar «profundamente decepcionada» por la decisión del jurado, pero llamó a la calma a los manifestantes.
«Estamos profundamente decepcionados de que el asesino de nuestro hijo no deba enfrentar las consecuencias de sus actos», dijo la familia de Brown en un comunicado, en el que pidió «respetuosamente que las manifestaciones permanezcan pacíficas».
Inmediatamente después de conocerse el veredicto, cientos de manifestantes comenzaron a lanzar objetos contra las fuerzas del orden, gritando «no hay justicia, no hay paz».
La policía afirmó haber sido objeto de un cóctel molotov y lamentó el incendio de uno de sus vehículos.
El policía blanco Darren Wilson, de 28 años, mató el 9 de agosto al joven negro Michael Brown, de 18, con seis balazos cuando estaba desarmado y en pleno día en una calle de Ferguson.
Este caso reavivó las tensiones raciales y provocó manifestaciones que muchas veces culminaron en disturbios.
– Las protestas se expanden –
Los gritos de protesta se oyeron también en la plaza Times Square de Nueva York y en la capital Washington, donde cientos de manifestantes rechazaron esta negación de justicia.
«El deber de un gran jurado es separar los hechos de la ficción», declaró a la prensa el fiscal de San Luis, Robert McCulloch.
Los jueces «han determinado que no hay razón suficiente para presentar cargos contra el policía Wilson», agregó.
«No hay duda de que el policía Wilson causó la muerte» de Michael Brown, expresó, al hablar de un «fallecimiento trágico».
Los doce jueces, nueve blancos y tres negros, llevaron a cabo un trabajo «completo y profundo», escucharon 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, examinaron cientos de fotografías, y escucharon a tres médicos forenses.
El gobernador del estado de Misuri, Jay Nixon, había decretado el estado de urgencia, desplegado la Guardia Nacional y reforzado los efectivos de policía ante la posibilidad de que se llevarán a cabo protestas.
El veredicto se conoció tras la muerte este fin de semana en Ohio (norte) de un niño afroamericano de 12 años, abatido por la policía cuando esgrimía una pistola de juguete, lo que hace temer nuevos brotes de indignación.
El episodio de la muerte de Brown ocurrió luego que se denunciara un robo en una tienda en la zona.
Los testigos aseguran que Brown, un estudiante de secundaria que estaba desarmado, tenía los brazos en alto cuando fue baleado, mientras que Wilson dijo que actuó en defensa propia por temor a ser atacado.
Tras ser baleado, su cuerpo permaneció tirado en la calle durante horas, un hecho visto por los manifestantes como un signo de desprecio de las fuerzas del orden por la población negra.