El papa Francisco fue recibido hoy por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el nuevo palacio presidencial de Ankara, adonde se trasladó después de visitar el mausoleo de Ataturk, fundador del Estado.

Una brigada ecuestre escoltó al pontífice, que había partido del aeropuerto en un vehículo de marca Volkswagen, hasta la entrada del palacio del presidente, una construcción de mil habitaciones conocida como «La Casa Blanca» inaugurado hace tan solo dos meses.



A continación se interpretaron los dos himnos, el del Vaticano y el de Turquía, y después fueron disparadas salvas en honor del papa Bergoglio.

Sexto viaje



La visita al mausoleo de Ataturk y la recepción de Erdogan en su palacio son las primeras citas de la agenda del papa argentino en Ankara, la primera etapa de su sexto viaje desde que comenzó su pontificado.

Después de sendos discursos, primero del presidente Erdogan y luego del papa, este tiene previsto celebrar una reunión con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

La visita al mausoleo, un elemento habitual en la visita de dignatarios extranjeros, se produjo entre enormes medidas de seguridad, que mantenían selladas numerosas calles de los alrededores.

Tras un primer breve descanso en el aeropuerto, donde Francisco bebió un vaso del tradicional té turco, el pontífice se desplazó directamente al mausoleo en un Volkswagen Passat blindado, según la televisión pública turca TRT que emite la visita en directo.

El papa recorrió el mausoleo acompañado del ministro de Exteriores turco.

El papa firmó a continuación en el libro de visitas del mausoleo, donde escribió: «Deseo que Turquía, que es un puente natural entre dos continentes, no sea solamente un cruce de caminos, sino un lugar donde todas las culturas, etnias, hombres y mujeres miembros de religiones vivan juntos en el diálogo».

EFE