A sus 56 años, Madonna no tiene ningún reparo en reconocer que en su juventud consumió todos los tipos de drogas imaginables “al menos una vez”, aunque nunca le gustó la sensación que le provocaba el estar “colocada“.
“Probé todo tipo de drogas al menos una vez, pero en cuanto estaba colocada, me ponía a beber un montón de agua para sacarlas de mi organismo. En cuanto sentía que estaba hasta arriba, me obsesionaba con sacarlas de mí. Pensaba: ‘Bueno, ya no quiero más’”, confiesa Madonna a la revista Interview.
Una de las razones que empujaba a la reina del pop a consumir sustancias ilegales era su deseo de “conectar con Dios”, al que finalmente renunció consciente del peligro que suponía para su salud.
“Todo se debe a que la gente toma drogas para conectar con Dios o con un nivel superior de conciencia. En mi caso, siempre decía: ‘Conéctame a la matriz’. Si estás colocado, consigues hacer eso, y esa es la razón por la que mucha gente toma ácido o drogas, porque quieren sentirse más cerca de Dios. Pero va a ser una conexión muy corta, y ese es el peligro de las drogas, que te dan la ilusión de estar más cerca de Dios, pero al final acaban matándote”, añade.
Esta filosofía vital que siempre ha impulsado a la cantante a experimentar proviene principalmente de su miedo a la muerte, que le empuja a intentar “exprimir al máximo” su tiempo.
“Me obsesioné con la muerte, la idea de que nunca sabes cuándo llegará, así que uno tiene que aprovechar al máximo su tiempo para exprimir a fondo la vida”, concluye.
Fuente la.eonline.com