Las currucas de alas doradas, una especie de gorrión, han demostrado tener un sexto sentido para anticiparse a la llegada de fuertes tormentas y huir, según un estudio publicado este jueves.

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Mientras investigaban a estos pequeños pájaros migratorios con dispositivos de geolocalización, los científicos observaron que estas aves abandonaron una zona para reproducirse poco después de haber llegado y dos días antes de que una tormenta provocara al menos 84 tornados mortales en Tennessee (centro-este de EEUU), donde murieron 35 personas en abril.

Las aves de nombre científico Vermivora chrysoptera viajaron 1.500 km en cinco días para escapar de esta fuerte tormenta, determinaron los autores del estudio publicado por la revista especializada Current Biology en Estados Unidos.



«Lo más curioso es que estos pájaros abandonaron el lugar mucho antes de la llegada de la tormenta», estimó Henry Streby, un ecologista de la Universidad de California en Berkeley.

«Cuando los especialistas del canal meteorológico nos dijeron que la tormenta se dirigía hacia nosotros, los pájaros se preparaban para salir de la zona», explicó.

Según los investigadores, las aves, contrariamente a los humanos, pueden escuchar los infrasonidos, de muy baja frecuencia, que se propagan por largas distancias y son generadas principalmente por perturbaciones meteorológicas severas.

«Los meteorólogos y los físicos saben hace mucho que las tempestades que generan tornados producen fuertes emisiones de infrasonidos, que viajan miles de kilómetros y a frecuencias a las cuales estos pájaros son más sensibles», explicó el ecologista.

Los investigadores también mostraron que esta especie, que sigue las mismas rutas migratorias cada año, puede también efectuar desplazamientos fuera de sus periodos de migración cuando es necesario.

Este sexto sentido de los pájaros es una buena noticia para su sobrevivencia ante el calentamiento climático, que conduciría a un aumento de la intensidad y frecuencia de tormentas y tornados, destacaron los investigadores.

«Eso significa que respecto al calentamiento climático, los pájaros deberían hacerlo mejor que lo que algunos han predicho», afirmó Streby.