Desde los postres de 500 calorías disfrazados de café con leche a las papitas fritas nadando en grasa y sal, los adultos sabemos muy bien cuándo estamos comiendo algo poco saludable. Sin embargo, no nos damos cuenta de que muchas comidas que ofrecemos a nuestros bebés son igualmente «chatarra» porque contienen demasiadas calorías, azúcar y sal, y son muy poco nutritivas.
El consumo de comida chatarra es más perjudicial para los bebés que para los adultos porque los bebés no necesitan muchas calorías, pero sí muchos nutrientes. Se llenan rápidamente con las calorías vacías de la comida chatarra y les queda poco apetito para alimentos saludables y ricos en nutrientes, según explica Christine Gerbstadt, doctora y portavoz de la Asociación Dietética Estadounidense (ADA, por sus siglas en inglés). Gerbstadt añade que la carencia nutricional puede incluso perjudicar el desarrollo infantil.
¿Qué pueden hacer los padres? Empieza por aprender qué comidas para bebés son nocivas y se deben evitar. Aquí tienes nuestra lista con los peores infractores.
Sodas o gaseosas
Es obvio que las sodas o gaseosas no son buenas para los bebés, pero aunque no te lo creas, muchos niñitos empiezan a tomar soda con apenas 7 meses de edad, según una encuesta realizada a más de 3,000 familias y presentada por la Asociación Dietética Estadounidense en su conferencia de 2009.
Ya sean regulares o de dieta, las gaseosas no proporcionan absolutamente ninguna nutrición. Las regulares contienen toneladas de azúcar, lo cual puede acabar con los dientecitos del bebé (lee más sobre cómo cuidar las encías y dientes emergentes de tu bebé. Y si los niños se llenan de sodas, ya sean regulares o de dieta, les queda menos espacio en el estómago para las comidas nutritivas que su organismo necesita.
Jugos
Es verdad que los jugos están hechos de frutas, pero eso no significa que sean sanos. La fibra que contienen las frutas frescas, por ejemplo, se pierden casi totalmente durante el proceso de preparación de los jugos, y lo que queda es un montón de azúcar.
El uso de ciertos tipos de jugos –sobre todo los de manzana y pera– para endulzar la comida del bebé tampoco son una buena opción, asegura la nutricionista Leanne Cooper en su libro What Do I Feed My Baby: A Step-by-Step Guide to Solids (Qué servirle a tu bebé: Guía de los alimentos sólidos paso a paso). Los azúcares que contienen estos jugos pueden acelerar el paso de los alimentos por el tracto digestivo. «Cuando la comida pasa demasiado rápido por el intestino, el cuerpo no tiene tiempo de absorber todos esos maravillosos nutrientes», dice Cooper. Esto también puede causarles diarrea a algunos bebés.
¿Y las afirmaciones de muchos fabricantes de que sus jugos de fruta contienen la vitamina C que los bebés necesitan? No te dejes engañar. «Los bebés obtienen fácilmente la vitamina C que necesitan, comiendo una pequeña porción de fruta fresca», afirma la pediatra y autora de varios libros sobre salud infantil, Ari Brown.
¿Qué debería beber entonces tu bebé? La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) recomienda que lo bebés de menos de 6 meses beban únicamente leche materna o de fórmula. Los bebés de 6 a 12 meses pueden tomar pequeñas cantidades de agua, pero la leche materna o de fórmula debe seguir siendo su principal bebida. A partir del primer año, la leche de vaca es la bebida recomendada.
Galletitas saladas
Puede que sean muy prácticas para los bebés que empiezan a morder y masticar, el problema es que los pequeñines se llenan rápidamente con unas pocas galletas y no les queda apetito para las comidas nutritivas. Además, así como el comer dulces hace que los bebés desarrollen el gusto por las comidas dulces, las comidas con sal también crean el gusto por los alimentos salados. La encuesta presentada en la conferencia de la Asociación Dietética Estadounidense de 2009 halló que cerca del 75 por ciento de los niños de 1 a 3 años, y de edad preescolar consumen más de la cantidad diaria de sodio recomendada.
Incluso las populares galletitas saladas en forma de pescadito se encajan en esta categoría. «Qué desperdicio de calorías disfrazado de botana», comenta la pediatra Ari Brown. «La fruta en trocitos es una opción mucho mejor». Y si buscas una botana rápida de preparar, los cereales con bajo contenido de azúcar son mucho más nutritivos que las galletas saladas, asegura Brown.
Comidas procesadas
Hay diferentes definiciones de lo que es o no comida procesada, pero en general, cuanto más haya sido modificado el alimento desde que se cosechó, crió o cazó –y cuanto más larga es la lista de ingredientes que lo acompañan– más «procesado» está ese alimento. Al pasar por demasiados procesos de preparación, los alimentos pierden gran parte de su valor nutritivo y ganan aditivos poco saludables en exceso, como azúcar, sal y grasa.
Los peores alimentos procesados que los padres pueden servir son precisamente los que no están especialmente hechos para los bebés, como las pastas enlatadas, dice la dietista Eileen Behan, autora del libro The Baby Food Bible (La Biblia de la alimentación del bebé). «A menudo contienen demasiado sodio». Es mucho mejor que hiervas unos macarrones y les eches por encima unos tomates troceados.
Postres de gelatina
«Es sorprendente la cantidad de personas que piensan que las gelatinas son una comida sana para los bebés», afirma Christine Gerbstadt, portavoz de la Asociación Dietética Estadounidense. ¿De dónde viene esta idea equivocada? Muchas personas creen que la gelatina contiene proteína, tal vez porque está hecha de huesos y cartílagos de animales. Pero la verdad es que no contiene casi nada de proteína, asegura Gerbstadt -al menos ninguna cantidad significativa. «Lo que el bebé termina comiendo es algo hecho casi totalmente de azúcar, colores y sabores artificiales, y una pequeñísima cantidad de gelatina que le da su consistencia».
Es cierto que la gelatina es fácil de tragar, pero también lo es este postre sano que sugiere Gerbstadt: una manzana horneada y salpicada con un poquito de canela. «Es naturalmente dulce y tiene fibras, vitaminas y una textura deliciosa y cremosa», concluye.
Fuente espanol.babycenter.com