Millones de personas a diario invaden el mundo virtual con selfies, fotos tomadas a sí mismas.
Pero no todo queda ahí, es una práctica que algunos cirujanos plásticos asocian con un aumento de la demanda de cirugías estéticas en Estados Unidos, especialmente entre mujeres y jóvenes.
Una encuesta de la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica Facial y Reconstructiva (AAFPRS, por sus siglas en inglés) realizada a 2,700 clínicas mostró que una en tres había visto un aumento en los procedimientos debido a pacientes más atentos a su imagen en los medios sociales.
Señalaron un aumento de un 10% en las rinoplastias -cirugías de nariz- en 2013 en comparación con 2012, un alza de un 7 por ciento en trasplantes de cabello y un aumento de un 6 por ciento en procedimientos de reparación de párpados.
«Vienen con sus teléfonos y me muestran fotografías. Las selfies empiezan a ser una locura», dijo el cirujano plástico Sam Rizk quien tiene una clínica en Manhattan.
«Entran con sus iPhones y enseñan sus fotos diciendo ‘mi nariz es demasiado grande, mis ojos están caídos, tengo la boca torcida, los dientes están en mal estado, mi cara está mal», relata el médico.
Falta de seguridad
«Muchos selfies indican una obsesión consigo mismo y cierto nivel de inseguridad que la mayoría de los adolescentes tiene. Lo hace peor», dijo.
Además, según el cirujano plástico que se especializa en rinoplastia, «no todos los que piden una cirugía la necesitan, porque las selfies producen una imagen distorsionada que no representa la forma en que una persona luce en realidad».
«Todos tendremos siempre algo que no nos guste en un selfie», explicó. «Rechazo a una gran proporción de los pacientes con selfies porque creo que no es una imagen real de cómo lucen en persona», agregó.
La Asociación Americana de Cirugía Plástica y Reparadora, de momento, la relación entre los selfies y el aumento en las operaciones de cirugía estética no puede establecerse con indicadores concretos, pero cifran en un 25% el incremento del volumen de negocio en los dos últimos años.
«En España, en concreto, la crisis ha impedido la evolución en el sector, traducida en una disminución de la demanda entre el 15% y el 18%, que habitualmente suele registrar índices al alza», dijo el cirujano Moisés Martín Anaya, director de la clínica del mismo nombre en Madrid.
Sin embargo, reconoció que en cuestiones de tendencia y modas estéticas, Europa suele seguir la senda que trazan los norteamericanos.
En opinión del experto español, la sobreexposición en las redes sociales «incrementa los complejos de muchas adolescentes y, por lo tanto, el deseo de realizar el ansiado cambio de apariencia».
«Como especialista en cirugía, no sólo me produce extrañeza sino bastante reparo ético personal y profesional que las personas, sobre todo jóvenes, se operen por estar más expuestos a la opinión de desconocidos en las redes sociales», añadió.
«No es lo mismo operarse por complejo que por capricho».
Anaya diferenció entre una intervención para poner fin a un defecto físico que produce inseguridad, y que muchas veces impide el desarrollo personal de una menor, y otra que responde a modas sociales o a un simple capricho.
Fuente Elnuevodia.com