Realizarse un piercing es muy frecuente hoy día, ya sea por seguir una moda, decorar el cuerpo, diferenciarse de los demás o identificarse con un grupo. Una de las partes más frecuentes a perforar es la boca, lo cual puede generar una serie de problemas.
De acuerdo a Gustavo Mazzey, director del Postítulo de Especialización Odontológica en Implantología de la Universidad San Sebastián, “las personas no deben realizarse un piercing en la boca, ya que presentan muchos problemas que a veces no se solucionan fácilmente. Uno de los mayores riesgos es la pérdida de encía alrededor de los dientes, que generalmente son en el sector de dientes anteriores inferiores en piercing labiales y linguales”
Asimismo, existe riesgo de infecciones y edema, ya que “en la cavidad bucal coexisten muchas especies de bacterias y en presencia de un traumatismo constante, como sucede cuando se utiliza el piercing, es una vía de entrada para el desarrollo de una infección. Además, los piercing linguales están en un lugar de mucha contaminación, ya que la lengua alberga alrededor de 500 especies bacterianas. En este sector existe riesgo de mucha irritación y dolor”, comenta el cirujano dentista.
Si la persona ya tiene un piercing debe tener una higiene bucal muy cuidadosa y prolija para bajar la carga bacteriana bucal, utilizar un colutorio 2 veces al día. Asimismo, intentar higienizar el piercing y la zona que lo rodea con algodón y algún antiséptico.
Gustavo Mazzey comenta que “también es muy importante higienizar el agujero del piercing. Y sacarse el piercing durante la noche para evitar hábitos parafuncionales e involuntarios que pudiesen causar más trauma”.
El docente de la Universidad San Sebastián recalque que entre los daños que puede causar se encuentran:
Retiene comida y dificultan la limpieza en la zona.
Promueve la acumulación de bacterias.
Por acumulo de bacterias y alimentos, produce mal olor bucal o halitosis.
Genera dolor, sangramiento, inflamación e infección en la zona.
Traumatismo en sectores donde el piercing haga contacto, muy común recesiones gingivales o pérdida de encía.
En la lengua puede causar daño en las glándulas salivales produciendo disminución en la cantidad de saliva, que aumenta el riesgo de caries y otras patologías.
En contacto con dientes puede generar desgastes incluso fracturas de esmalte y sensibilidad.
Finalmente Mazzey entrega las siguientes recomendaciones:
Si la persona va a utilizar un piercing, idealmente realizarlo en un local autorizado por el Instituto de Salud Pública, ISP.
Utilizar un material que dañe lo menos posible las mucosas, por ejemplo, un piercing de silicona, no de metal.
Visitar regularmente al dentista para revisar la zona del piercing y dientes circundantes.
Fuente: BioBioChile