Estados Unidos anunció hoy que impuso restricciones para viajar a ese país a un número adicional de funcionarios venezolanos señalados de violaciones de los derechos humanos y corrupción.

«Estamos enviando un mensaje muy claro que los violadores de derechos humanos y aquéllos que se benefician de la corrupción, y sus familias, no son bienvenidos en Estados Unidos», señaló la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.



«Al ignorar los repetidos llamados a un cambio, por parte de gobiernos, líderes respetados y grupos de expertos, el gobierno venezolano ha continuado demostrando una falta de respeto por los derechos humanos y las libertados fundamentales», dijo Psaki, en un comunicado.

Según Washington, Caracas ha intentado «sofocar la disidencia» arremetiendo contra manifestantes que protestan por el deterioro de la situación política, económica y de seguridad.



Además, la corrupción está «contribuyendo al rápido empeoramiento de las condiciones sociales y económicas en Venezuela», señaló la nota.

Por segunda vez en seis semanas, Washington impone sanciones contra funcionarios venezolanos, pero esta vez la medida surge enteramente del Ejecutivo y no por iniciativa de los legisladores.

El presidente Barack Obama firmó el 19 de diciembre una ley, aprobada previamente por las dos cámaras del Congreso, que congela los bienes y cancela las visas a funcionarios venezolanos señalados de cometer violaciones de derechos humanos durante las protestas antigubernamentales que sacudieron Venezuela a inicios de 2014.

Al igual que en aquella oportunidad, el gobierno estadounidense omitió detallar el número de funcionarios o exfuncionarios venezolanos afectados por la medida o sus nombres, alegando leyes de confidencialidad.

Washington se cuidó también de enfatizar que la nueva medida «es específica para individuos y no están dirigidas contra el país o sus habitantes».

Caracas y Washington mantienen tensas relaciones diplomáticas desde la llegada al poder del luego fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).

La tirantez diplomática ya provocó que en 2010 se retiraran los embajadores, y en los últimos dos años, la expulsión de al menos ocho diplomáticos estadounidenses.

Estados Unidos, no obstante, es el principal comprador del petróleo venezolano.