A medida que aumenta el calor debemos asegurarnos de permanecer adecuadamente , pero ¿Cuánta agua debemos beber exactamente?

Resulta que hay sólo una respuesta entregada por expertos para esta pregunta: Bebe la cantidad de agua que necesites para calmar tu sed. No más, ni menos.



El Dr. Tucker, quien es asesor en Salud de la Fundación de la Continencia de Australia, asegura que no existe ninguna evidencia científica que sugiera beneficios para la salud por beber más agua de la requerida para satisfacer nuestra sed. De hecho la ingesta excesiva puede ser peligrosa si se lleva al extremo.

Además Tucker lo describe tan simple como un caso de aritmética; Necesitamos ingerir suficiente líquido para compensar la cantidad que perdemos cada día, lo cual es alrededor de 2 litros, lo cual 1.5 litros es orina y el resto, vapor de agua que se pierde durante la respiración.



Debemos considerar también que ingerimos diariamente más o menos 1 litro de agua en las comidas, si nos basamos en una dieta normal (frutas, verduras, cereales, sopas, etc.). Con esto tendríamos pendiente 1 litro de agua más para ingerir, lo cual son 6 tazas de té o vasos pequeños.

Obviamente la ingesta de agua variará según el clima y la intensidad del ejercicio que se practique. Pero aun así, la pérdida de agua será de 1.5 litros aproximadamente.

La eliminación voluntaria de la orina debe realizarse cada 3 o 4 horas máximo ya que la capacidad de la vejiga es de aproximadamente 500 CC y los riñones producen alrededor de 50 cc de orina por hora. Por lo tanto si no se produce un adecuado vaciamiento vesical cada que se alcanza la capacidad total de la vejiga, se pueden generar disfunciones del suelo pelviano como la incontinencia urinaria.

Los síntomas de esta disfunción podrían agudizarse si hay un exceso en la ingesta de líquidos y presentarse mayor cantidad de escapes de orina involuntarios.

Durante el embarazo por ejemplo, frecuentemente se recomienda a las madres aumentar la ingesta de agua a 3 Litros diarios para prevenir el estreñimiento y mantener una adecuada hidratación. Sin embargo, debido a que el suelo pelviano se debilita por el peso del bebé sobre estos músculos, la embarazada podría presentar incontinencia urinaria.

Esto no quieres decir que se detenga completamente o se disminuya la ingesta de líquidos, sino más bien, que se llegue a un equilibrio, entre la ingesta y la eliminación.

Es importante mencionar que la ingesta de 1 litro de agua no se debe realizar en un solo momento. Lo recomendable es beber pocas cantidades a lo largo del día, de forma que la producción de orina se realice de forma normal y que no se genere poliuria, que es el aumento excesivo de las micciones.

Independientemente de la cantidad de agua que se ingiera diariamente, los músculos del suelo pelviano deben estar en condiciones de mantener la continencia cuando no se está en el momento de la micción. Si ocurren escapes de orina involuntarios, bajo cualquier circunstancia de la vida diaria, se debe consultar a un especialista en el tema para iniciar tratamiento y recuperar la continencia.

Fuente: BioBioChile