Antes de que siquiera comenzáramos a preocuparnos por los investigadores de la NSA, Snowden y todos esos temas que son relevantes en materia de seguridad digital, nuestros celulares solían no tener sistemas de ubicación o rastreo, muy al contrario de lo que ocurre hoy en día, en donde cada teléfono, sea de la marca que sea, puede ser ubicado fácilmente.
Es por esta razón que se publicó un artículo sobre el último de los bastiones en cuanto a seguridad para narcotraficantes (sí, leíste bien), por lo menos en el Reino Unido: el Nokia 8210.
El teléfono no tiene Bluetooth, ni ningún dispositivo muy avanzado de rastreo, razón por la cual, alimentada por la paranoia -bastante obvia- de estos personajes, es el celular número uno a la hora de hacer negocios en este rubro, según dicen los mismos traficantes.
Uno de ellos, proveniente de de Birmingham, Reino Unido, e identificado como K2, señaló:
Los Federales ahora pueden ocupar las redes WiFi y el puerto Bluetooth para obtener información de cada teléfono.
Parece ser que pueden escuchar las llamadas de un modo mucho más fácil a como lo hacían antes.
Todos los dealers que conozco usan teléfonos antiguos, y el Nokia 8210 es el que todos quieren porque es pequeño y la batería dura bastante. Además era el mejor celular de su tiempo. No podía pagar uno cuando vivía en Jamaica, pero ahora tengo cuatro de ellos.
Tony, un cliente de Birmingham, agrega que «estaba usando un 8210 porque mi Samsung estaba malo, y dos traficantes se me acercaron para comprarlo». Finalmente se lo vendió a un tercero, que le ofreció un poco de crack.
El Nokia 8210 fue lanzado en 1999 y entre sus características más atractivas estaba la posibilidad de intercambiar carátulas.
En este tiempo el teléfono era pequeño y ligero (79g) lo que lo convertía en un móvil bastante práctico.
Fuente: https://www.diariouno.com.ar