La actriz mexicana Lorena Rojas tuvo oportunidad de despedirse de sus grandes amores antes de fallecer a causa del cáncer.

Cerca de las 2:00 p.m. del lunes cuando la artista murió, su prometido, el empresario español Jorge Monge sostenía una de sus manos. Así la acompañó hasta el final, como le había prometido desde el momento en que la conoció y ella ya batallaba contra la metástasis de cáncer en los huesos.



Lorena Rojas

Publicó ayer el portal HoffPost Voces que Monge emigró a la ciudad de Miami para realizar un sueño cultural llamado Micro Theater, que tomó forma en el interior de varios trailers, donde expone obras con una duración de 12 a 15 minutos.



De su contacto frecuente con artistas latinos, conoció a Rojas, de quien se enamoró casi a primera vista y decidió acompañarla en su lucha contra la enfermedad y en el proceso de adopción que llevó a cabo para convertirse en madre.

Junto con Monge, la protagonista de múltiples telenovelas acudió a buscar a su hija Luciana, a quien adoptó sola, temiendo que su final estuviera cerca.

Desde el momento en que optó por adoptar, Rojas había decidido que la menor quedaría al cuidado de su hermana Mayra, quien tiene hijos biológicos y adoptivos.

Monge, no obstante, se ocupó de la niña como padre adoptivo, asumiendo su cuidado mientras la salud de su compañera seguía deteriorándose.

Una vez la metástasis en los huesos se regó hacia el hígado y los ovarios, y tras recibir del médico la indicación de esperar el final en el hogar, Monge se comunicó con los familiares de ambos para que los acompañaran en ese momento.

Rojas se despidió de su hija, de sus familiares y apoyada de la mano de su pareja, murió. Tenía 44 años.

El cuerpo de la actriz sería cremado y sus cenizas serán esparcidas en el mar, según su deseo.

Fuente Elnuevodia.com