Por los pastores José Luis y Silvia Canalli
1. No admitir sus errores
Generalmente los hombres no admiten sus errores porque creen que sus esposas no los querrán. Hay quienes creen que admitir un fracaso es sinónimo de debilidad. Un error frecuente de los hombres es no escuchar a sus esposas. Son muy pocos conversadores. Ahora bien, si eres mujer, déjale bien en claro a tu esposo si quieres que te escuche o que te resuelva problemas, porque si no lo haces todo cuanto obtendrás serán soluciones.
El hombre utiliza muchas menos palabras que una mujer. Pregúntele a un chico adolescente qué tal fue la fiesta a la que asistió y murmurará: “Uhh…, bien”. Una chica adolescente ofrecería un informe detallado de todo: quién dijo qué a quién, cómo se sentía cada persona y qué llevaban puesto. Varón, lo más valioso que puedes hacer es escuchar con atención a tu esposa, en vez de ofrecer soluciones. Pero seamos justos en este punto con los hombres.
Las mujeres pasan de un tema a otro como un picaflor pasa de flor en flor. Las mujeres se defienden en este punto diciendo que los hombres no saben hacer dos cosas al mismo tiempo. Hay un dicho que reza: “Si un hombre se está afeitando y usted le habla, se cortará. Si está clavando con el martillo y suena el timbre, se golpeará el dedo. Si le habla cuando está conduciendo, se cruzará de carril. Recuerde que son excelentes tácticas vengativas”. ¿No te has dado cuenta que un hombre tiene que bajar el volumen de la radio para leer un mapa? Si el teléfono suena, insistirá en que la gente deje de hablar, en que se baje el volumen de la música y que se apague el televisor antes de contestar. Eso es porque es monofuncional. O lee o escucha, pero no es capaz de hacer las dos cosas a la vez. Si reconoces que tu pareja es así, aminora el paso y aborda los temas de modo entendible.
2. Pasar por alto los detalles
Otro error común de los hombres es ser muy pocos detallistas. Como le dijo una mujer a su esposo: “Me puedo pintar de verde o vestirme de mono, tú no te das cuenta”. Varón, haz el esfuerzo y observa los detalles, ya que en ellos está el arte.
¿Cómo satisfacer siempre a un mujer? “Acariciándola, halagándola, mimándola, deleitándola, haciéndole masajes, arreglando cosas, comunicándose con ella, ayudándola, apoyándola, proveyendo a sus necesidades, tranquilizándola, haciéndola reír, estimulándola, consolándola, abrazándola, ignorando sus “rollitos”, acurrucándose junto a ella, besándola, perdonándola, regalándole accesorios, entreteniéndola, confiando en ella, defendiéndola, vistiéndola, contemplándola, escuchándola, etc.”. ¿Cómo satisfacer siempre a un hombre? “Estando desnuda”, A. Pease. Con razón alguien señaló: “La persona que dijo que a un hombre se lo conquista por el estómago estaba apuntando demasiado alto”.