Por: Escritor Marconi Moreno Almonte
Según la revista Forbes en el año 2014 declaró al estadounidense Bill Gates, como el hombre más rico del mundo ¿Serán las riquezas sinónimo de la felicidad? ¿Proporcionarán las riquezas paz y seguridad en el alma? Nuestra sociedad nos ha enseñado algunas cosas que no son ciertas, como por ejemplo, que el dinero es la felicidad, y que cuando tenemos dinero lo tenemos todo, pero quisiera hacerte reflexionar en las cosas que con el dinero nunca podrá comprar:
1. El dinero puede comprar una casa,…. pero no un hogar.
2. El dinero puede comprar un reloj,…. pero no el tiempo.
3. El dinero puede comprar una cama,…. pero no el sueño.
4. El dinero puede comprar un libro,…. pero no el conocimiento.
5. El dinero puede comprar un médico,….pero no la salud.
6. El dinero puede comprar una posición,…. pero no el respeto.
7. El dinero puede comprar sangre,…. pero no la vida.
8. El dinero puede comprar sexo,….pero no el amor.
Estas son algunas de las tantas cosas que el dinero no puede comprar. Esto nos lleva a pensar ¿Cuál es nuestra verdadera riqueza en la vida? ¿De qué nos vale ganar todo el dinero del mundo si al final seguimos siendo unos miserables e infelices humanos? ¿De qué nos vale a ver mal vivido toda una vida en búsqueda de algo que no aporta el verdadero sentido?
Bien lo dijo el sabio Salomón cuando expresó en el libro de Proverbios 30; 8: “…No me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario”. Quiero que no obviemos la parte de que así como hoy el señor Bill Gates encabeza el listado de los hombres más ricos del mundo, en su tiempo el rey Salomón lo fue. Este argumento nos muestra que en las riquezas el sabio no encontró la felicidad, que no fueron suficientes para aportar el verdadero sentido de la vida y por tal razón él culminó diciendo que todo era: “Vanidad de vanidades y aflicción de espíritu”.
Nuestro Señor Jesús dijo: «O, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?, y esta pregunta se rebotaría hacia ti, ¿De qué te vale haber alcanzado todas tus mentas, a ver logrado todos tus objetivos, si al final no pudiste alcanzar las promesas de Cristo, si al final tu vida sigue siendo infeliz?
Hoy te invito a excavar en Cristo Jesús las verdaderas riquezas de la vida, porque te aseguro que tu vida nunca tendrá sentido aun habiéndolo alcanzado todo en lo material, hasta que no te encuentres con Cristo, y el día que dejes que Cristo entre en tu corazón y tenga dominio absoluto en ti, comprenderás: “Que lo poco que tienes, es lo suficientemente para vivir una vida feliz, porque nuestra felicidad no depende de los bienes económicos que tenemos, sino de lo que está en nuestro corazón”, podremos obtener todo externamente, y ser unos pobres miserables en nuestro interior, podrás aparentar que eres rico, pero nunca que eres una persona feliz.
Hoy te invito a valorar todo lo que tienes en la vida y a la vez también te invito aceptar a Cristo como tu salvador.