Escrito por: Marconi Moreno Almonte
En una ocasión recibí una muy buena corrección, en cuanto algunas palabras que yo escribí con faltas ortográficas (A ver alcanzado… A ver logrado…, sin “H” y con “V” corta, cuando estas palabras llevaban “H y B larga”, ejemplo: Haber alcanzado y haber logrado).
Soy de las personas que le gusta escuchar: correcciones, sugerencias, opiniones, etc., ya que de esta manera he comprendido, que mi calidad como ser humano cada día se eleva. Por lo tanto expreso que: “Una corrección diaria puesta en marcha, serán 365 mejoras en un año, como resultado obtendremos una mejor persona aumentando su calidad, cada año que pasa”.
Lo peor que le puede pasar a un ser humano en la vida, es no asumir sus errores con responsabilidad.
Aquellos que evaden sus fallas, que se incomodan cuando alguien se preocupa por su bienestar y lo corrige, son del tipo de personas que nunca avanzan y que no crecen como seres humanos, por lo tanto sus vidas siempre se mantienen estancadas.
Bien lo expresa la Biblia en el libro de Proverbios 15; 32 cuando nos dice: “El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento”. La palabra “alma” en este contexto, se refiere al ser humano por completo y esto significa, que la persona que no presta atención a las correcciones, no comprende que a la larga esto provoca grandes pérdidas en su calidad de vida.
Por otra parte las Escrituras nos aconsejan de esta manera: “Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez” – Proverbios 19:20.
Hoy te invito a reflexionar ¿Cuántas veces te has incomodado cuando alguien te ha corregido? ¿Cuántos errores no has querido asumir con responsabilidad? ¿Has pensado que huir de los errores, es la peor alternativa que pudieses elegir?
En este mismo momento Cristo te invita a reconocer tus fallas, a no sentirte mal por ellas, hoy el Señor te provee las suficientes fuerzas para que tomes en tus manos todos tus errores, tus fallas y aquellas imperfecciones que te avergüenzan, y con buen ánimo proponte mejorarlas y modificarlas, y siempre recuerda que: “Los errores nos permiten ser mejores personas en la vida, pero esto es cuando los asumimos con la responsabilidad debida”.
Con mucho amor y respeto te digo, gracias por las correcciones…
“Todo lo puedo en Cristo, porque Él me fortalece”.
-Filipenses 4; 13-