La fuerza o la debilidad de un apretón de manos permitirían predecir los riesgos de padecer una crisis cardíaca o un infarto cerebral, según un estudio publicado este jueves en la revista médica británica The Lancet.
«La fuerza del apretón de manos podría ser un test fácil y barato para evaluar los riesgos de deceso y de enfermedades cardiovasculares», adelanta el investigador Darryl Leong de la Universidad McMaster de Hamilton, en Canadá, que dirigió el estudio.
En el marco de un estudio en el que participaron cerca de 140.000 personas de entre 35 y 70 años de 17 países diferentes, se midió la fuerza de la mano de los participantes con un dinamómetro especial.
Durante cuatro años, los investigadores analizaron la correlación entre la fuerza de la mano y la salud de los sujetos en cuanto a la aparición de diferentes afecciones como diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares o muerte prematura.
El resultado muestra una correlación relativamente importante entre la debilidad del apretón de manos y el riesgo de muerte por cualquier causa.
Según los cálculos de estos científicos, una bajada de 5 kilos en la fuerza del apretón de manos está asociada con un incremento del 16% de los riesgos de morir de forma prematura, por cualquier causa.
Ese mismo descenso de 5 kilos en la fuerza de la mano está asociada con un aumento del 7% de los riesgos de sufrir una crisis cardíaca y del 9% de tener un accidente cerebrovascular (ACV).
El test de la fuerza de la mano es un «indicio más fiable» que la presión arterial sistólica para predecir la muerte prematura, según The Lancet.
Esta correlación también se da teniendo en cuenta factores de riesgo clásicos como la edad, el consumo de tabaco o de alcohol.
«La fuerza de prensión es un indicador potente y simple de una futura enfermedad, de morbilidad y de mortalidad» consideraron en un comentario publicado en la misma revista los especialistas británicos Avan Aihie Sayer (Universidad de Southampton) y Thomas Kirkwood (Universidad de Newcastle).
«La idea no es nueva (…) pero la pérdida de fuerza de prensión podría ser un buen marcador del proceso de envejecimiento, quizá debido a la rareza de las enfermedades musculares que modifican esta función», agregaron Sayer y Kirkwood.