Un hombre desempleado que fue detenido por robar dos kilos de carne en Brasil salió de la comisaría con la fianza paga por los policías, quienes conmovidos con su situación le obsequiaron además un surtido mensual de supermercado.
«Estaba pasando hambre, en una situación miserable. Hicimos lo que manda la ley, porque cometió un delito, pero después lo ayudamos, así como ayudaríamos a cualquier ser humano en su situación», dijo a la AFP Cristina Lemos Pereira, una de las policías que atendió la denuncia.
El electricista Mario Ferreira Lima, quien vive en las afueras de Brasilia, tiene un hijo de 12 años al que cuida en soledad tras un grave accidente sufrido por su esposa, que pasó varios meses en coma.
El miércoles no fue al supermercado con la intención de robar. Pero al llegar a la caja se dio cuenta de que no tenía dinero suficiente para pagar toda la comida, e intentó salir con dos kilos de carne escondidos en su bolso.
Inmediatamente fue detenido, y al llegar a la comisaría se desmayó, según contó después, porque hacía dos días que no comía.
Su historia conmovió a los policías, que además de pagar los 90 dólares de la fianza, lo llevaron al supermercado para comprarle «lo básico»: arroz, porotos, frutas, entre otros alimentos, y también productos de higiene.
«No tenía más que una botella de agua en su heladera», relató Lemos. La última comida que le quedaba se la había dado a su hijo el día anterior.
Arrepentido y entre lágrimas, Ferreira dio entrevistas a los medios locales y posó para la foto junto a los policías que lo ayudaron.
Actualmente, el electricista es beneficiario del programa social del gobierno Bolsa Familia, por el cual recibe una partida mensual de 23 dólares.