Envejecer es algo que se debe afrontar con integridad, optimismo y .
No obstante, hay algo que está claro: los hábitos de van a determinar el mayor o menor impacto de en el .
Esto hábitos de vida que van a determinar el mayor o menor impacto de en el cuerpo son aquellos que se pueden retrasar, e incluso atenuar, mediante unas adecuadas estrategias y, sobre , tomando conciencia de una serie de errores que, en ocasiones, se pasan por alto.
Alimentos prohibidos
La alimentación es la que determina la salud y el correcto funcionamiento del organismo. Ahora bien, casi sin darse cuenta, a lo largo de la vida, se van adoptando determinados hábitos alimenticios que, lejos de aportar un adecuado beneficio, dañan y aceleran el envejecimiento.
El exceso de harinas refinadas que se consumen, los alimentos precocinados, entre otros son alimentos hipercalóricos que no se necesitan y que se traducen no solo en grasa acumulada, sino en colesterol, en escasez de adecuados nutrientes para la piel.
Entonces, ¿qué tipo de alimentos son los que se deberían evitar para no envejecer prematuramente?
Los dulces: el exceso destruye el colágeno de la piel.
Las bebidas alcohólicas: el exceso ataca al hígado y, por tanto, no se podrán depurar toxinas, las cuales hacen envejecer tempranamente.
La comida salada: la sal en abundancia es muy peligrosa para el organismo y favorece, además, la aparición de celulitis.
La carne procesada como salchichas o hamburguesas: estos alimentos contienen sulfitos, los cuales aceleran el envejecimiento.
La carne roja: La carne roja es muy rica en radicales libres, los cuales provocan el envejecimiento al atacar al colágeno de la piel.
Las bebidas azucaradas y con gas: son grandes enemigos para la salud y para la belleza.
Todos los alimentos ricos en grasas “trans”: el ácido graso trans provoca inflamación, retención de líquidos, genera vulnerabilidad a la luz del sol y provoca numerosas enfermedades cardíacas.
Las preocupaciones y el estrés no gestionados adecuadamente
El estrés hace envejecer prematuramente ya que:
Una situación de estrés que se alarga durante meses o años va a hacer que se produzcan cambios muy graves en el organismo. El cortisol acelera el ritmo del corazón, causa lesiones tan serias como la arteriosclerosis e incide, en nuestra salud cerebral.
Además del cortisol, el estrés también libera epinefrina, más conocida como adrenalina, la cual provoca la oxidación celular, impidiendo que se sinteticen nutrientes y que se acumulen lípidos en sangre.
El estrés provoca que se deteriore el sistema inmunológico y que, en consecuencia, el envejecimiento prematuro se haga visible.
Bajo consumo de antioxidantes
El bajo consumo de antioxidantes en la dieta es algo a lo que no se suele prestar demasiada atención, lo cual ocasiona que se sea mucho más vulnerable al impacto de los radicales libres y a sus efectos en la piel.
Los alimentos que se deben incluir en tu dieta son: jugo de limón en ayunas, kiwis, fresas, mangos, melones, naranjas, coles de bruselas, zanahorias, espinacas, col rizada, tomates, papayas, calabazas, una taza de té verde o té blanco cada día, 2 raciones de pescado azul a la semana.
Uno de los mayores favorecedores del envejecimiento es el sol
El sol es importante para la salud, debido a que ayuda a sintetizar nutrientes como es el caso de la vitamina D e incluso es adecuado para mejorar el ánimo. Sin embargo, se debe exponerse a él con precaución, evitando las horas centrales del mediodía y, sobre todo, usar siempre una buena protección solar, incluso en invierno.
La mujer y el calcio
El calcio es un mineral que las mujeres necesitan en mayor cantidad a lo largo de todas las etapas de la vida.
De no cubrir desde bien temprano esos niveles de calcio, puede provocar que también los huesos envejezcan prematuramente. Así que sería muy importante que cada día se incorporaran a la dieta los siguientes alimentos:
– Un yogur natural sin azúcar.
– Un vaso de leche o una bebida de almendras o de nueces.
– Una porción de tofu en las ensaladas.
– 3 nueces y 3 almendras diarias.
Fuente: DERF