El papa Francisco exigió el jueves a los obispos de República Dominicana que hagan todo lo posible para que el gobierno y la población acojan con caridad a los trabajadores inmigrantes haitianos.
«La atención pastoral y caritativa de los inmigrantes, sobre todo a los provenientes de la vecina Haití, que buscan mejores condiciones de vida en territorio dominicano, no admite la indiferencia de los pastores de la Iglesia», declaró, según una carta del pontífice a la conferencia episcopal del país caribeño.
«Es necesario seguir colaborando con las autoridades civiles para alcanzar soluciones solidarias a los problemas de quienes son privados de documentos o se les niega sus derechos básicos», añadió.
Asimismo «es inexcusable no promover iniciativas de fraternidad y paz entre ambas naciones», indicó.
Los haitianos son la mayor y más pobre comunidad extranjera en República Dominicana. Se estima que entre 500.000 y 700.000 trabajan en la zafra del azúcar.
El gobierno dominicano lanzó un plan de regularización de los extranjeros que implicaría la repatriación de los haitianos indocumentados.
«Que su compromiso en favor de los más débiles y necesitados les ayude a superar la mundana tendencia hacia la mediocridad» pide Francisco, en alusión a los obispos dominicanos.
