Londres. Focas equipadas con sensores ayudaron a los científicos en los últimos años a recuperar datos de las profundidades de los océanos, ayudando a avanzar así en la investigación sobre el cambio climático o las previsiones meteorológicas.
El proyecto ha utilizado más de 1.000 focas desde su lanzamiento en 2004.
Los científicos que lideran el proyecto abrieron el lunes la página web «Marine Mammals Exploring the Oceans Pole-to-pole» («Los mamíferos marinos exploran los océanos de un polo a otro», www.meop.net) con el objetivo de publicar los datos recolectados hasta el momento.
«Nos proporcionan datos de lugares sobre los que no teníamos ninguna información. Es algo único», declaró a la AFP Mike Fedak, responsable del servicio de investigación sobre animales marinos de la Universidad de St Andrews (Escocia) que ha desarrollado los sensores.
«Los datos pueden ser utilizados de múltiples maneras, por ejemplo para medir los movimientos de los glaciares» añadió Fedak.
Los sensores utilizados funcionan con batería y están diseñados para durar meses, permitiendo así recolectar datos sobre la salinidad y la temperatura de los océanos que son transmitidos a continuación a los científicos vía satélite.
Otros sensores, aún en desarrollo, podrán medir el nivel de oxígeno en el agua así como su concentración de clorofila, lo que permitirá deducir los niveles de dióxido de carbono y estudiar el fenómeno de acidificación de los océanos.
Desde el lanzamiento del proyecto, se han recabado datos de 400.000 desplazamientos de focas, que pueden sumergirse hasta los 2.100 metros de profundidad.
«Las informaciones que recibimos nos dan detalles sobre el entorno de la foca. Es como si nos tuitearan», explicó Lars Boehme, un profesor de St Andrews, citado en el comunicado de la universidad.
Los sensores se instalan en la frente de las focas, sin necesidad de operación quirúrgica, y se desprenden solos con la muda de piel del mamífero. Antes de utilizarlo con focas, estos sensores fueron probados en una centena de animales marinos como tortugas, ballenas o tiburones.
El proyecto integra un equipo internacional de 11 países: Sudáfrica, Alemania, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, Groenlandia, Noruega y Reino Unido.