Por Sonia Avalos

Lionel Messi, de cuya magia con el balón parece todo dicho, sigue asombrando con goles imposibles para el común de los mortales y, a poco de disputar la Copa América para Argentina, vuelve a demostrar que su genio no tiene techo.



El astro del FC Barcelona, viene de anotar otro gol memorable en su carrera en la victoria 3-1 sobre el Athletic Bilbao que le dio a su equipo la Copa del Rey, con un zigzagueo prodigioso que elogió el planeta.

El argentino hizo un genial eslalon desde la banda derecha, dejó atrás a cualquier defensa y definió al primer palo.



Messi

«¡Dejate de joder!» tituló una columna el diario La Nación para dejar en claro que hasta faltan palabras para elogiar al jugador. La frase es una ironía que significa «basta, no puede ser que hagas todo eso».

A los 27 años, el cuádruple ganador del Balón de Oro (2009, 2010, 2011, 2012) tiene aún la espina de no haber ganado un Mundial ni una Copa América.

Pero tras sus fracasos en el Mundial, en los certámenes continentales o en el último Balón de Oro, la ‘Pulga’ ha demostrado que en 2015 volvió a su mejor nivel.

La buena temporada también tiene su correlato a nivel personal.

Padre de Thiago, de 3 años, con su pareja Antonella Roccuzzo, Messi confirmó que será padre por segunda vez este año.

– De otra dimensión –

De perfil bajo, escaso carisma y parco al hablar, su figura se agiganta cuando entra a una cancha. «Messi es un jugador de otra dimensión», lo definió hace poco el entrenador del Barcelona, Luis Enrique.

Diagnosticado a los 9 años con un déficit de hormona de crecimiento, la ‘Pulga’ creyó limitado su sueño de ser futbolista en su Rosario natal, 310 km al norte de Buenos Aires.

Allí comenzó un tratamiento que luego de tres años continuó en Barcelona tras su arribo en 2001 para reponer la hormona durante su etapa de crecimiento.

Con la camiseta del Barcelona consiguió un collar de conquistas.

Con ella ganó cinco Ligas españolas, dos Copa de España, cinco Supercopas de España, cuatro Liga de Campeones, dos Supercopa de Europa y dos Mundiales de Clubes, en una lista que aún escribe.

«No tiene techo», dijo sobre él Diego Maradona, el astro argentino que lo dirigió en la Copa del Mundo Sudáfrica-2010. Fue una de las grandes frustraciones de Messi, quien lloró desconsoladamente tras la eliminación en cuartos de final por una goleada de Alemania (4-0).

Con una medalla de oro olímpica en Pekín-2008, Messi disputó tres mundiales con la albiceleste, el primero de ellos Alemania-2006, con apenas 18 años.

– Ganar la Copa, otra deuda –

Como el Mundial, ganar la Copa América también es una cuenta pendiente en la lista de Messi. La selección argentina no puede conquistarla desde hace 22 años.

En Venezuela-2007, Messi integró el equipo que perdió la final ante Brasil (3-0). En 2011 fue eliminado en cuartos de final por penales ante Uruguay, en un partido disputado en su provincia natal, Santa Fe.

La ocasión fue el punto más bajo de sus desencuentros con los hinchas argentinos que reprobaron con silbidos a un jugador acostumbrado a los elogios.

Aquella «fue la primera vez que lo silbaron», había confesado el padre, Jorge Messi, en una situación que marcó una bisagra en su relación con los pasionales argentinos.

Messi salió de un 2014 también complicado, signado por una lesión que le restó brillo y presencia.

«Fue un año que he intentado olvidar rápido», confesó.

La Copa América Chile-2015 lo encuentra en la cima de su gloria en Europa.

Bajo la dirección del DT Gerardo ‘Tata’ Martino, Messi será el capitán de una selección sedienta de revancha que debutará el 13 de junio ante Paraguay en un partido por el Grupo B que integran además Uruguay y Jamaica.