París, Francia. La exposición al ruido del tráfico aumentaría ligeramente el riesgo de morir de una enfermedad vascular cerebral (AVC), según un estudio publicado el miércoles en la revista European Heart Journal.
Tras estudiar a unos 8 millones de personas que viven en el gran Londres entre 2003 y 2010, los investigadores británicos establecieron una relación entre el tráfico rodado muy ruidoso y una tasa superior de AVC.
Según los investigadores, las personas que viven en zonas donde el ruido generado por el tráfico supera los 60 decibelios tienen un 4% más de probabilidades de morir que la gente que vive en zonas más tranquilas.
El ruido agrava la hipertensión, los problemas de sueño o estrés que son los factores de riesgo conocidos de las enfermedades cardiovasculares.
Los adultos que viven cerca de carreteras muy ruidosas durante el día tienen también un 5% más de probabilidades de ser hospitalizados por un AVC, aunque en las personas mayores el riesgo aumenta un 9%.
En cambio, en la noche, en las zonas ruidosas solo las personas mayores presentan un riesgo mayor de AVC, del orden del 5%.
Según el doctor Jaan Halonen de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, que coordinó los trabajos, este estudio es el primero que establece una relación entre el ruido y los AVC en el Reino Unido.
Su resultado «viene a sumarse a la cantidad creciente de datos que sugieren que una reducción de los ruidos generados por el tráfico podría beneficiar a nuestra salud», agrega.
En Londres, más de 1,6 millones de personas viven en zonas donde el ruido supera los 55 dB durante el día.
Los investigadores reconocen, no obstante, que además del ruido, factores como la obesidad, el sedentarismo, la hipertesnión y la diabetes desempeñan un papel en las enfermedades cardiovasculares.
«Este estudio no demuestra que el ruido cause enfermedades cardiovasculares, pero es coherente con otros que muestran que aumenta la hipertensión y puede contribuir también a su desarrollo», dice por su parte el doctor Tim Chico, un consultor de cardiología de la universidad de Sheffield, que recuerda que el riesgo es «muy inferior» al asociado al tabaco, la obesidad y el sedentarismo.