Olvida por un momento esa lista de Forbes con los personajes más ricos del mundo.

Si tuvieras que adivinar cuál es la familia más rica del mundo, ¿con cuál nombre te arriesgarías?



Rothchild

¿Crees que se trate de alguna familia real de Europa, como la de Gran Bretaña, por ejemplo?



¿Quizá sea la familia de Bill Gates o Carlos Slim?

Sentimos informarte que no se trata de ninguna de estas opciones, y es probable que nunca hayas escuchado hablar sobre estos ricachones.

Según Matt Blitz del sitio Today I Found Out, la familia más rica del mundo es la Rothchild.

Se trata de los descendientes de Mayer Amschel Rothschild, y se estima que los integrantes de la familia actualmente suman más de un billón de dólares, lo que constituye la mayor fortuna privada de la historia.

Construyendo una fortuna.

La ascensión de la familia empezó con Mayer Amschel Rothschild, que nació a mediados del siglo XVIII en un gueto judío de Frankfurt, en Alemania, y se hizo cargo de los negocios de su familia cuando era muy joven, tras la muerte de su padre.

Los Rothschild se dedicaban a las operaciones de cambio, y este tipo de actividad evidentemente exigía que Mayer entendiera bastante sobre los diferentes tipos de dinero, monedas y valores.

Con el tiempo, Mayer se convirtió en un especialista en monedas raras y, para complementar el ingreso familiar, comenzó a negociar con coleccionistas. Una ávido coleccionista de esa época era el príncipe heredero de Hesse – un territorio de Alemania –, que tiempo después se convirtió en Guillermo I de Hesse-Kassel, el primer príncipe electo de la región, esto significa que pasó a gobernar el territorio bajo el mando del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Básicamente Guillermo era un hombre poderoso, y como los negocios con Mayer iban tan bien, decidió contratar al cambista como “Hoffaktor”. Este título significó que Mayer se convirtió en el responsable por administrar las finanzas, los cobros de impuestos y operaciones relacionadas con los préstamos hechos a otras casas reales europeas – y se le pagaba una considerable suma de dinero por su trabajo.

La influencia de Mayer siguió aumentando, y durante la Revolución Francesa, que tuvo lugar entre 1789 y 1799, el hombre se hacía cargo de prácticamente todos los aspectos financieros relacionados con la guerra. ¿Cómo? Durante periodos de conflicto, todos los gobiernos requerían de dinero para alimentar y armar a sus ejércitos. Y Mayer estaba allí, dispuesto a ofrecer préstamos, negociar intereses y hacer ofertas.

Dinero en familia.

Pese a la turbulencia que se vivía en Europa, Mayer logró convertirse en uno de los hombres más ricos de Frankfurt, y se aseguró que sus cinco hijos, todos dedicados al negocio del padre, fortalecieran su imperio. Así, envió a los jóvenes a prestar sus servicios en ciudades estratégicas, como Paris, Nápoles, Viena y Londres, y se aseguró que todos se hicieran indispensables para los gobiernos de estos lugares – al mismo tiempo que aumentaban la fortuna familiar.
Amschel Mayer Rothschild, uno de los hijos de Mayer.

Además, Mayer también encontró una forma de hacer que el dinero continuara circulando entre los integrantes de la familia arreglando los matrimonios de sus hijos, casi todos con las primas. El cambista murió en 1812, y además de sus “trucos” para no dividir la fortuna con otras personas, las guerras que estallaron por Europa en la época engordaron aún más las carteras de los Rothschild, al mismo tiempo que aumentaba su influencia.

A finales del siglo XX, los Rothschild ya se habían establecido como los banqueros más influyentes y ricos del mundo. Fue Lord Rothschild – también conocido como el primer Barón Rothschild – quien inició con los préstamos a países fuera de Europa, especialmente a los Estados Unidos.

Expandiendo su riqueza.

Además de dominar el mundo de las finanzas, con el paso del tiempo los Rothschild también se convirtieron en grandes coleccionistas de arte – y de propiedades espectaculares. Algunas de estas, la mayoría situada en Francia, fueron convertidas en viñedos mundialmente famosos, y los vinos producidos actualmente están, como es lógico, entre los más costosos del planeta. Dale un vistazo a algunas de sus propiedades a continuación:

Respecto a las colecciones de arte, los Rothschild acumularon una increíble cantidad de esculturas, pinturas, muebles, cerámicas e incluso equipo científico de un valor incalculable. Como curiosidad, cuando las tropas nazis invadieron Austria, las residencias de los Rothschild fueron ocupadas y todas las obras de arte tomadas, pues Hitler pretendía crear un museo en Linz, donde las piezas serían expuestas.

Así, hasta que el Führer pudiera dar continuidad al proyecto del museo, las obras quitadas a los Rothschild quedaron escondidas en un resort de esquí en los Alpes. La colección fue descubierta por soldados estadounidenses al terminar la guerra, pero las piezas fueron devueltas por el gobierno austriaco – que mantenía casi todo en exposición en diversos museos del país – a sus dueños originales hasta 1999.

Otras curiosidades.

El Rothschild más polémico – y podrido en dinero – sin lugar a dudas fue Nathan, uno de los hijos que Mayer envió a Londres. Cuando iniciaron las Guerra Napoleónicas, fue Nathan quien ayudó (él solo) a financiar las campañas del duque de Wellington, el famosos general británico que ayudó a derrotar a Napoleón en la Batalla de Waterloo.
Nathan Mayer Rothschild

Nathan también empleó arduamente su red de agentes, informantes y mensajeros – incluyendo a las palomas – mantenidos por los Rothschild para enterarse de todo lo que estaba sucediendo en terminado de finanzas durante la guerra. Y aprovechó esa ventaja para, por ejemplo, esparcir el rumor de que los británicos habían perdido la guerra, a sabiendas de que era mentira, solo para manipular los valores de las acciones en la bolsa y ganar mucho dinero.

Pero Nathan también tenía buen corazón. Abolicionista declarado, trabajó arduamente para erradicar el comercio de esclavos en el Reino Unido, luchó para que la abolición de la esclavitud fuera promulgada y ayudó a financiar la compra de plantaciones británicas que compraban esclavos.

Y Lionel, uno de los siete hijos de Nathan – que también se quedó en el negocio familiar –, fue el primer judío en ser aceptado en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico, y ayudó a financiar el esfuerzo dedicado a ayudar a las víctimas de la Gran hambruna irlandesa.

Saltándonos algunas décadas al futuro, después que el gobierno austriaco devolvió las obras de arte a los Rothschild que habían sido robadas por los nazis durante le guerra, la familia decidió donar y vender casi toda la colección.

La familia también hizo donaciones de sus magníficas propiedades, como la Waddesdon Manor y la Ascott House, situadas en Inglaterra, y la Schloss Rothschild, situada en Austria.

La familia Rothschild sigue siendo escandalosamente rica hasta nuestros días. Sin embargo, sus integrantes procuran llevar una vida discreta y, en lugar de dedicarse exclusivamente al mundo financiero, actualmente los Rothschild están más enfocados en la producción de vinos, en el mercado inmobiliario, en la gestión de sus activos, en el trabajo con organizaciones de caridad y en activismo social.

Fuente: https://marcianosmx.com