Barack Obama se convirtió este jueves en el primer presidente en ejercicio de Estados Unidos en visitar una cárcel, al llegar a la penitenciaría de El Reno, en Oklahoma (en el centrosur del país).

Su vista busca arrojar luz sobre el fracaso de un sistema penal y carcelario que se halla entre los más costos y sobrepoblados del mundo.



Obama

En el Instituto Correccional Federal de El Reno el presidente se reunirá con funcionarios penitenciarios y presos y hablará sobre sus planes de reforma.



Cerca de la cuarta parte de la población carcelaria mundial está en Estados Unidos, aunque su población no supera el 5% del total.

El presidente estadounidense quiere reducir el número de personas encarceladas, el recurso al confinamiento en soledad y las sentencias con penas no excarcelables.

«Nuestro sistema de justicia penal no es tan inteligente como debiera», dijo esta semana, tras indultar a 46 pequeños traficantes de drogas no violentos.

Las cárceles estadounidenses albergan tantos presos como los 35 principales países europeos juntos.

Uno de cada 35 afroestadounidenses y un latino de cada 88 están en prisión, mientras que entre la población blanca, la relación es de uno cada 214.