Imagen © iStock / Zvezdan Veljovic

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Como criaturas sociales, tendemos a imitar la postura del otro, la risa, y otras conductas, incluyendo la forma en que habla. Ahora, un estudio nuevo realizado en la Universidad de Rochester, encontró que las personas con puntos de vista similares también tienden parecerse en la forma como hablan ¿Podría esto tener beneficios?

La mayoría de las personas no se dan cuenta de que cambian su pronunciación, la velocidad con la que hablan, e incluso la estructura de sus oraciones durante una conversación, y que esto tiene un impacto e influye en los que los escuchan.



De acuerdo a una de las investigadoras del estudio, Kodi Weatherholtz, cómo juzgamos socialmente a los demás y la actitud que tenemos (de conflicto o no) afecta inconscientemente y de forma automática cómo nos expresamos.

Con base en sus estudios, para probar los efectos sociales de lo mucho que se imitan los patrones al hablar, los investigadores diseñaron un experimento en el que los participantes primero escucharon un mensaje con una gran carga ideológica y a la vez, con una estructura compleja de la oración. Kathryn Campbell-Kibler, profesora adjunta de lingüística de la Universidad Estatal de Ohio, señaló que las pruebas de influencia política podrían ser interesantes en sí mismas, pero el propósito de este experimento era el de influir a las personas que escuchaban en sus creencias e ideología.



Los resultados del estudio sugieren de que la alineación de la voz tiene una función social, es decir, cuando la gente se alinea ante el mensaje o discurso de algún orador, le es más fácil sentir empatía con los sonidos, las palabras y estructuras de sus oraciones, por lo que se vuelven más predecibles facilitando la comunicación y el entendimiento entre unos y otros.

En este fenómeno, que estudia ampliamente la Psicología Social, también interviene el concepto de la “similitud” o “mimetismo”, que es una fuerza social muy poderosa.

Cuando nos relacionamos unos con otros, tendemos a alinear nuestros comportamientos, incluyendo la forma en que hablamos. Otros trabajos psicolingüísticos han conceptualizado la “alineaciónsintáctica (similar) socialmente mediada” como resultado de mecanismos cognitivos automáticos que operan para facilitar el procesamiento y la comunicación, centrándose en el papel de la identidad social y la estrategia de interacción.

Estos estudios concluyen que el ser humano siente atracción por aquellas personas con las que se comparten ciertas características: si pensamos de forma similar a nuestro interlocutor, tendremos una actitud positiva hacia él o ella. Por lo tanto, hablar de una manera que es más o menos similar a los demás puede ser un medio sutil para influir en el gusto, la confianza y otras emociones interpersonales.

¿Qué beneficios aportan estas investigaciones?

La simetría o mimetización es un concepto que aborda la Psicología Social y puede ser aplicado en diferentes contextos.

El estudio de cómo se comporta e interactúa una sociedad, permite conocer e influir en grupos de trabajo, campañas políticas, estrategias de ventas y hasta para conocer la manera en que se comporta una familia, ya que aplica para cualquier interacción social.

El economista Kenneth J. Arrow, describe la importancia que tienen estos fenómenos dentro de un grupo de trabajo, ya que son fundamentales para la toma de decisiones, para facilitar la comunicación organizacional y la efectividad en los propósitos del grupo.

Igualmente en la relación familiar entre padres e hijos, estos estudios pueden ser de gran apoyo para establecer estrategias de apoyo y asesoría. Estudios realizados por el Instituto para el Abordaje de la Simetría Inconsciente, de Argentina, han analizado que la simetría o mimetización dentro del núcleo familiar es transmitida inconscientemente por los padres, pero se puede reforzar, atenuar o flexibilizar a partir de las actitudes de los mismos. Los niños y jóvenes actuales se mimetizan o identifican inconscientemente desde la cuna con el adulto, con su lugar y con sus historias, colocándose desde muy pequeños en una posición de paridad, “seudoadultez imaginaria”, de sentirse completos, con autosuficiencia, de saber y poder, que los deja solos interiormente, sin apoyos internos, como pares o por encima de los propios adultos, informó Vida y Salud.

Este hallazgo proporciona una perspectiva nueva para explicar y abordar las dificultades en la crianza, en la educación de los niños y los jóvenes, así como para el tratamiento y la prevención de algunos problemas emocionales y sociales.

Hasta en las relaciones de pareja están presentes estos elementos, donde se puede analizar la manera en que la pareja comienza a tener tanta empatía, que su comportamiento e ideologías comienzan a ser muy similares.