Científicos de la Universidad de Kioto, en Japón han desarrollado una nueva técnica que podrían abrir las puertas a una nueva forma de aliviar el dolor crónico, incluyendo el relacionado con el cáncer. Pequeñas barras de oro podrían esconder la solución.
El estudio publicado en Angewandte Chemie International Edition, refiere que las nanobarras de oro modificarían los receptores de dolor y podría ser de gran utilidad para los pacientes que sufren dolor y carecen de tratamiento.
Los autores del trabajo precisan que las nanobarras de oro están cubiertas con un tipo especial de proteína que transporta la grasa en el cuerpo conocido como una lipoproteína. Mediante la aplicación de una luz de infrarrojo, las nanobarras se adhieren a las membranas de las células nerviosas del canal TRPV1, (Receptores de Potencial Transitorio de canales de cationes de la subfamilia V), un receptor de dolor.
Al repetir varias veces el proceso se logra la insensibilización del TRPV1, dando lugar al alivio del dolor sin afectar a otras membranas o tejidos, por lo que tendría un uso potencial en pacientes con dolor oncológico. El canal TRPV1 se distribuye ampliamente por el sistema nervioso central y periférico, y por otros órganos y tejidos. Este canal desempeña un papel importante en la percepción del dolor y para modular la descarga de las señales dolorosas al sistema nervioso central.
«Las nanobarras de oro pueden ser retenidas en el cuerpo durante un período prolongado», destacó Tatsuya Murakami, autor principal del estudio en información difundida por la Universidad de Kioto, en Japón.
Esta técnica podría dar lugar a un «tratamiento repetitivo y bajo demanda para personas que sufren un dolor intratable sin necesidad de realizar ingeniería genética en las células nerviosas», añadió.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que el dolor es una sensación desencadenada por el sistema nervioso. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante. Se puede sentir dolor en algún lugar del cuerpo, como la espalda, el abdomen o el pecho o sentir dolor generalizado, como los dolores musculares durante una gripe.
El dolor puede ayudar a diagnosticar un problema. Sin dolor, usted podría lastimarse gravemente sin saberlo o no darse cuenta de que tiene un problema médico que requiere tratamiento. Una vez que el problema se trata, el dolor suele desaparecer. Sin embargo, a veces el dolor continúa durante semanas, meses o años. Esto se conoce como dolor crónico. Algunas veces el dolor crónico se debe a una causa constante, como cáncer o artritis.
De acuerdo con cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU., más de 25 millones de adultos (el 11%) se enfrentan al dolor diariamente y unos 14 millones de adultos (más o menos el 6.4%) experimentan un dolor intenso, que se puede vincular con una peor salud y con discapacidad.