Las Redes Sociales han venido a ser una revolución en el estilo de vida de los seres humanos, en ellas nacen las tendencias y los principales fenómenos sociales se reflejan mediante estas. Han sido los escenarios más públicos donde personas de todos los extractos sociales tienen la oportunidad de interactuar en un mismo lugar, compartiendo sus más ocultas intimidades y estilos de vida.

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Quien pudiera leer el título de “Bendecidas” sin estar involucrado en Redes Sociales pudiera verlo como una manifestación religiosa más o comportamientos de creyentes hacia Dios, pero lamentablemente no es así, la palabra ha dado otro giro y ha comenzado a ser la descripción que muchas jóvenes utilizan para describir el estilo de vida de lujos y vanidades que han logrado alcanzar sin la necesidad del esfuerzo laboral y mucho menos educativo. En su mayoría estas bendiciones son proveídas por santos de carne y hueso, los cuales nunca son expuestos o exhibidos.

El impacto que reciben los jóvenes que apenas inician la etapa de soñar con alcanzar metas y propósitos, es demasiado fuerte. Un bombardeo de estilos de vida llenos de lujos, exuberancias y vanidades están constantemente a sus vistas, de personas que no tienen ni la mínima vía para poder justificar socialmente de donde han provenido los recursos para esas vidas que llevan. Mujeres dispuestas a cobrar y hombres dispuestos hacer todo por pagar, un mundo de mercadería y exhibición, donde las Redes Sociales son la vitrina para comercializar sus cuerpos y conseguir potenciales compradores dispuestos a pagar el precio.



No podemos dejar atrás la nueva generación de Bendecidas de la televisión, mujeres donde su talento no está mas allá que en sus cuerpos, ya que sí evaluáramos lo que comunica su cerebro y su boca, nunca debieron haber llegado a dichas posiciones. Al parecer es prohibido el presentarse ante las cámaras con un cuerpo natural, es necesario que estén tallados a toques de bisturí, haciendo exhibición de sus cuerpos no solo en la pantalla de los televisores, las Redes Sociales son el escenario cumbre para exhibir sus proporciones y mostrar la vida de lujos que llevan, con sueldos paupérrimos que no les permiten ni pagar la renta de una apartamento humilde, pero cuentan con celulares de 50 mil pesos, vehículos de lujo y lugares frecuentados donde solo aquellos de un alto poder adquisitivo pueden llegar.

Sí es cierto que cada quien elige su estilo de vida y forma en que usa su cuerpo o su integridad, también es cierto que debemos chocar con una realidad que afecta a esos niños y niñas que apenas están creciendo, quienes cada vez más entienden que por medio de una carrera universitaria o un trabajo digno es un trayecto muy largo para comenzar a disfrutar de las grandes cosas que disfrutan las Bendecidas, quienes muchas veces no poseen ni un 8vo curso, sólo el potencial de un cuerpo por el cual muchos hombres están dispuestos a pagar un alto precio, donde en su mayoría proviene del narcotráfico, lavado y crimen organizado, lo que nos lleva a un círculo de desgracia social donde todo se envuelve en la mejor definición de una “suciedad”.

Sólo nos queda orientar a nuestros jóvenes y mostrarles el precio que hay que pagar de forma moral y social para alcanzar una Bendición de ese tipo que no viene de Dios. Nos queda creer que aún hay esperanza de seguir formando mediante los valores y las buenas practicas.

Fuente: Audirodriguez.wordpress.com