El problema que enfrenta República Dominicana y principalmente su industria hotelera con el aumento de las algas en sus costas se debe “a la falta de peces herbívoros y a la contaminación”, afirmó Rubén Torres, presidente y director ejecutivo de Reef Check Dominican Republic, durante el panel y presentación del libro “Cambio climático en la República Dominicana: recursos costeros y comunidades”.

“La abundancia de algas, que son la principal causa de muerte de los corales del Caribe, disminuye la capacidad de que nuevos corales lleguen, se asienten y crezcan. También inhiben el crecimiento en un 80% de los corales que llegan a establecerse”, destacó el biólogo marino. 



“Los arrecifes del Caribe son bosques deforestados; hay una ausencia de animales grandes y el fondo marino está dominado por malezas, que en nuestro caso serían algas”, manifestó el especialista, quien añadió que el aumento en la contaminación de las aguas provoca la reproducción de las algas, porque constituye un alimento para ellas. “Tras la muerte de los erizos negros, las algas han aumentado entre un 300 ó  500 por ciento”, agregó.

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El libro “Cambio climático en la República Dominicana: recursos costeros y comunidades”, de la autoría de Hilary Lohmann y Mat Rosa, fue presentado este miércoles 7 en el marco de un panel organizado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) y su institución hermana en los Estados Unidos, la Global Foundation for Democracy and Development (GFDD). Ambos son investigadores del programa de Fellows de GFDD en 2014,

Además de Torres, participaron en el panel Lohmann; Elizabeth McLean, investigadora asociada del Centro de Recursos Costeros de la Universidad de Rhode Island (URI); Ana Carolina Beras, especialista ambiental del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la República Dominicana; y Omar Ramírez, director del Centro de Estudios de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Funglode.

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Torres explicó que con el aumento del mar provocado por el cambio climático, la mayoría de las zonas turísticas del país podrían desaparecer. Por lo que se debería comenzar a pensar “como nación altamente vulnerable a fomentar el turismo de montaña”.

La investigadora del programa de Fellows, Hilary Lohmann, presentó las conclusiones de su estudio, el cual se desarrolló en las zonas costeras de Montecristi, Samaná, Boca Chica y La Caleta, a través de una encuesta a usuarios directos e indirectos de los recursos del mar.

Lohmann explicó que “la capacidad de adaptación permite determinar la vulnerabilidad o resilencia (forma en que los habitantes se ajustan a las modificaciones en su entorno sin alterar su estructura y funcionalidad)  de una comunidad ante el cambio climático”.

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 “A menudo las comunidades son sistemas integrados compuestos por individuos que dependen de los recursos naturales”, expresó y añadió que la dependencia de estas personas a estos recursos naturales puede tener varias razones, ya sea por “nutrición, ingresos o seguridad”.

Elizabeth McLean, investigadora asociada del Centro de Recursos Costeros de URI, habló sobre “La adaptación al cambio climático y la resistencia costera”. Afirmó que “las islas se verán más afectadas por el cambio climático, ya que éste afectará su desarrollo económico y social”.

Como no se conocen los daños que este fenómeno podría provocar en el futuro, es necesario tomar acciones que puedan proteger a las personas y a los recursos económicos. McLean sugirió “crear infraestructuras más altas, utilizar energías renovables y cambiar las construcciones en las costas”.

“Las personas que tienen una sola ocupación son más vulnerables a la adaptación”, indicó la investigadora. Añadió que “reducir los impactos del cambio climático tiene sus costos y limitaciones, por lo se requieren acciones cooperativas”.

Durante su intervención, la especialista ambiental del PNUD en el país, Ana Carolina Beras, presentó los proyectos que está llevando a cabo esta organización. Resaltó que la República Dominicana está entre los 10 países más vulnerables al cambio climático.

“El PNUD está desarrollando un proyecto de turismo sostenible, titulado Conservando la biodiversidad en las áreas costeras amenazadas por el rápido desarrollo del turismo y la infraestructura física”, argumentó Beras.

La especialista destacó que “la dependencia del sector turístico hace que la economía dominicana sea especialmente vulnerable”, debido a que con el cambio climático “los veranos son más cálidos, hay escasez de agua, suben los niveles del mar y existe mayor número de enfermedades”.

Por su lado, el vicepresidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático, Omar Ramírez, aseguró que el reto que tiene el país frente a esta problemática es conservar los arrecifes de corales.

Además, agregó que los procesos climáticos que se desarrollan a nivel mundial “están acabando con las economías de las naciones”.

“Es necesario cuantificar las perdidas que hay en el país con respecto a los fenómenos atmosféricos, por lo que el Gobierno debe actualizarse a los nuevos tiempos”, resaltó Ramírez, quien también  es director del Centro de Estudios de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Funglode. Dijo que “la sociedad debe sensibilizarse y luchar para que haya más presupuesto para el Ministerio de Medioambiente, para  de esta forma poder enfrentar este fenómeno”.

Yamile Eusebio, directora de la Oficina de GFDD en Nueva York, quien dio las palabras de bienvenida, dijo que esta publicación ofrece “nuevas perspectivas y estrategias innovadoras para buscar soluciones de adaptación a los problemas económicos, sociales y ambientales que plantea el cambio climático en las comunidades costeras del país”.